Los municipios de San Luis y Consolación del Sur, ambos integrantes del llamado macizo tabacalero, reportan buen paso en el beneficio de la variedad Virginia, destinada a satisfacer la demanda de la fábrica de cigarrillos que se construye en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM).
De acuerdo con Virginio Morales Novo, especialista agrícola del Grupo TABACUBA, hasta el momento esas faenas han arrojado buena calidad de las hojas del llamado tabaco rubio, mientras en los centros de escogida, ante la COVID-19 se adoptan todas las medidas preventivas de cara a la protección de los colectivos laborales.
Las siembras pactadas en la actual campaña ascendieron a 300 hectáreas, distribuidas en 200 en Consolación del Sur y las restantes en San Luis en la zona de Santamaría, donde años atrás era tradicional su labranza, pero con el tiempo cesó esa práctica.
El Proyecto de rescate de esa variedad, comenzó en la contienda 2016-2017 hoy dispone de modernas tecnologías para la siembra, riego y cura de la solanácea.
A finales del año anterior, fue inaugurado en el punto Santa Clara, en Consolación del Sur, un emplazamiento de 10 cámaras de cura controlada de las hojas, estructuras que fueron confeccionadas con materiales ligeros, aislantes de temperatura para mantener las propiedades de la hoja.
Estas están diseñadas para curar en ciclos de siete días, en tanto los trabajos continuarán para construir otras 50, que emplearán además del diesel, tras fuentes energéticas como gas licuado, biomasa y energía solar.
La UBPC Julián Alemán fue la iniciadora del proyecto Virginia, estructura donde se introdujeron tecnologías favorecedoras al cultivo, con procederes mecanizados y paulatinos progresos en los rendimientos.
Productores de Santa María han reiterado a la prensa, desde el inicio de la contienda, que ante las limitaciones con los combustibles, no había espacio para el desánimo, y como estrategia incrementaron el empleo de la tracción animal en la preparación de tierras y en diferentes tareas de labranza, de cara a potenciar el ahorro y ya hoy ven con optimismo los resultados del esfuerzo.
En Cuba, la siembra de la variedad tabacalera data de la década del 30 del pasado siglo en la llanura más occidental de Pinar del Río y, mezclado con el Burley, con tradición también en Pinar del Río, se emplea en la elaboración de los cigarrillos suaves.
Por la experiencia de los cosecheros e idoneidad de las vegas, Pinar del Río es la única provincia cubana que cultiva el tabaco rubio.
A la par de las tareas de la actual contienda tabacalera, se preparan las condiciones para la próxima campaña, en actividades como la contratación con los productores, que tendrán el reto de plantar 19 mil 769 hectáreas; la ubicación de las áreas de semilleros y el mejoramiento de los suelos.
La provincia más occidental de Cuba aporta a la industria del torcido la totalidad de los capotes y las tripas, además de volúmenes de las llamadas capas exportables, hojas que recubren a los afamados habanos, muy demandados en el mundo.