Aprobada por el Consejo de Ministros el 25 de abril de 2017 como Plan del Estado para el enfrentamiento al cambio climático, la Tarea Vida constituye una prioridad para la política ambientalista del país
Advertía Fidel en la Cumbre de Río de 1992 sobre el peligro que enfrentaba la especie humana ante el hegemonismo, la destrucción ecológica, las carreras armamentistas y los modelos consumistas de la sociedad.
Llamaba a utilizar toda la ciencia necesaria para un desarrollo económico sostenido sin contaminación que permitiera salvar la humanidad de manera urgente.
Basada en aquel pensamiento del Comandante en Jefe, se fundamenta la concepción cubana del enfrentamiento al cambio climático.
A decir del especialista Juan Miguel Hernández Sires, de la subdelegación de Medio Ambiente en la Delegación Territorial del Citma, las investigaciones en el país sobre cambio climático comenzaron a partir de 1991, pero como se experimentó un incremento de fenómenos como ciclones, inundaciones, incendios forestales y otros, se tomó la decisión de aprobar, por el Consejo de Ministros, el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático bajo el nombre de Tarea Vida.
“Desde su creación, en 2017, la provincia de Pinar del Río trabaja en planes de acción que han contribuido a elevar la percepción del riesgo, aumentar el conocimiento y el grado de participación de la población en el enfrentamiento a este fenómeno.
“Cuba, como muchas otras naciones, enfrenta desafíos significativos debido al cambio climático. Las causas en el país son similares a las globales, aunque también hay factores específicos relacionados con su contexto geográfico y socioeconómico”.
Detalló el especialista que las principales causas giran en torno a las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación y degradación de ecosistemas, prácticas agrícolas no sostenibles y el cambio en el uso del suelo.
Para mitigar esos efectos, alude Hernández Cires, Cuba implementa diversas medidas de adaptación como es la planificación y gestión del agua, la protección de ecosistemas costero-marinos, el desarrollo de infraestructuras resilientes, el fomento de una agricultura sostenible, el impulso de programas educativos y de participación popular, la investigación y el monitoreo cientifico y la cooperación internacional.
“Estas medidas reflejan un enfoque integral que no solo busca mitigar los efectos del cambio climático, sino también aumentar la resiliencia de las comunidades cubanas frente a sus impactos. Además, son nuestras acciones prioritarias en la provincia.
“El papel del Citma es proponer, y una vez que estas propuestas sean aprobadas por el Gobierno, la mision es controlar el cumplimiento de las acciones que se contemplan en el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático”.
Insiste Sires Hernández en que, tal y como refleja el Decreto 86 del 2023, está claro el papel que juega cada organismo y los compromisos que tiene.
“En 2024, el plan de la provincia contemplaba 55 acciones, y se cumplió al 76 por ciento. Las que se incumplieron están asociadas a inversiones importantes, en tanto, otras no se pudieron ejecutar por limitaciones de recursos materiales y financieros presentes en los Órganos de Administración Central del Estado (OACEs).
“Para el 2025 contamos con un plan de 49 acciones propuestas por los OACEs, con un finaciamiento planificado que se está chequeando por el Gobierno a través del grupo provincial constituido a este efecto, y que funciona establemente según el plan de fechas y temas aprobados para el año”, concluyó.
En este séptimo aniversario de la Tarea Vida, Pinar del Río se suma a la jornada de celebración con múltiples actividades que tendrán como colofón un taller en el que se expondrán los resultados alcanzados hasta la fecha y las principales proyecciones de trabajo.
Proteger el futuro de la humanidad depende de lo que hagamos todos en favor del planeta. La multidisciplinariedad de un plan sobre el que se sustenta la Tarea Vida es el camino que traza Cuba para adaptarnos al cambio climático y a sus consecuencias.
Como avizoraba Fidel hace tres décadas, si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción debe hacerse más racional la vida humana. “Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.