La Central Termoeléctrica (CTE) Máximo Gómez, en Mariel, vive hoy un ajetreo mayor al acostumbrado, pues sus trabajadores redoblan esfuerzos para devolver la vida a dos bloques de generación térmica fuera de servicio y aportar a la generación eléctrica del país.
Adelkis Balsinde Laza, al frente de una brigada de maquinado, refirió a la prensa local que ante cualquier situación se moviliza un equipo y se ejecutan las acciones correspondientes, de manera ininterrumpida hasta cumplir la encomienda.
En la Máximo Gómez, como en cualquier termoeléctrica, cada cometido puede tornarse complejo. Bien lo saben los 16 trabajadores de la brigada de limpieza de convertido de caldera –conocida como la brigada de baqueteo.
Guillermo Roque Rodríguez, quien lidera la tarea, refirió que trabajan incluso sábados y domingos, de día y de noche, 16 horas o más, de acuerdo con la necesidad.
Para ello, resaltó, conforman cuatro grupos y entran a la caldera unos 20 minutos cada uno, pues las altas temperaturas no permiten permanecer más tiempo, es de las labores más difíciles en la planta y en dos ocasiones apoyaron a la CTE Antonio Guiteras, de Matanzas.
Ana Laura Acosta Betancourt es una ingeniera química de 24 años que cumple su adiestramiento desde enero de este año en el taller de Explotación. Ella se encarga de la defectación de los equipos de turbina y caldera, así como del control diario de sus parámetros.
Según la joven ingeniera, es una tarea a la que solían dedicarse los hombres, pero ya algunas mujeres han desempeñado este rol y no tienen limitante alguna.
Hace apenas una semana, Miguel Díaz –Canel Bermúdez, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y presidente de la República, al intercambiar con directivos, obreros y autoridades de la CTE marieleña, resaltó que la entrega de los trabajadores ha sido vital para avanzar en las reparaciones y mantenimientos que se realizan en las centrales termoeléctricas del país.
El Presidente cubano destacó, además, la integración de los jóvenes a la dinámica de la entidad, la organización del trabajo de la CTE y su preparación para futuras inversiones.
La CTE Máximo Gómez posee una potencia instalada de 701,2 MW; limitada, fundamentalmente, por contar con dos de los cuatro bloques de generación térmica fuera de servicio, cuya reparación, en el menor tiempo posible, pone a prueba el esfuerzo de los trabajadores.