Veinte años han pasado desde que una urgente petición, la experiencia, el talento y el enorme poder de improvisación de un equipo de trabajo sacaran al aire un material que, en medio de una difícil situación, recreara a la audiencia pinareña.
Nacía Todo Música, un espacio que después de aquella improvisada emisión inicial se quedaría en pantalla hasta hoy, y que ha traspasado las ondas territoriales para dar muchas alegrías a quien le dio vida.
SIN ESQUEMAS NI CAMISAS DE FUERZA
Luis Hidalgo Ramos recuerda aquellos inicios cuando, a causa de un huracán, la provincia quedó separada de la televisión nacional y Eladio Báez, entonces jefe de programación, le pidió hacer un programa de dos horas, para realizar el mismo día:
“Sin aquel pedido y sin el apoyo de los primeros que nos ampararon, hoy no estaríamos aquí. Editamos una presentación, gracias a la maestría del editor Jesús González; armamos también una escenografía, obra del talento del desaparecido Tony Vázquez; tuvimos las manos expertas de Frank Gener en la cámara y yo improvisé textos frente al lente.
“Estructuré un argumento variado con material de archivo, fue una combinación de autores e intérpretes de Pinar del Río, Cuba y el mundo. Tuvo tanto impacto que me pidieron que permaneciera en pantalla. Con extrema insuficiencia de tiempo y de recursos, gestamos y parimos al hijo que, a mí en particular, más me ha acompañado y el que quizás me ha premiado mejor la paternidad”.
Dijo Gardel que 20 años no son nada, pero para mantener un producto audiovisual por ese tiempo sí que significan algo, más cuando requiere de tantos “poquitos”.
“Nacimos de la casualidad y la pobreza. Nunca hemos dispuesto de los recursos con los que cuentan los musicales de Cubavisión. No podíamos esperanzarnos en conquistar el éxito por un acabado perfecto en lo formal. Nuestras cartas de triunfo eran el contenido, el guion, la búsqueda de un modo diferente de presentar, la originalidad en varios sentidos, o lo que es lo mismo, la renuncia a la imitación de los modelos ya existentes en los canales más vistos… Siempre tuvimos muy claro todo eso”.
Es por ello que para Luis Hidalgo la fórmula está en la renovación constante, la ingeniosidad, el factor sorpresa y el conflictual como recursos de la dramaturgia, el oído presto a escuchar lo que opinan y quieren los espectadores, la ductilidad a la hora de estructurar o elegir los temas…
Ahí entonces radica la evolución constante del programa: “Pensé oportuno limitar el proyecto a los aspectos vinculados con las páginas e intérpretes de la provincia. Pero pronto comenzamos a ganar importantes premios a nivel de país y también llegamos a la televisión nacional. Progresivamente, a petición del público, ampliamos nuevamente el espectro regional del elenco y las temáticas.
“Pero esta no es la evolución más significativa. Gracias a la escenografía de Víctor Cuní y Pedro Pablo Palacios y a los efectos visuales y de luces que, gratis, nos proporciona el proyecto A lo grande, adquirimos una visualidad más contemporánea y muy distante a la de los orígenes.
“Por otra parte, jamás hemos aceptado las camisas de fuerza. Lo mismo conformamos emisiones monotemáticas, que elaboramos un paquete de programas de participación con preguntas y premios.
“A veces visitamos el hogar de un artista y otras rodamos en medio de un valle, a la orilla de un río o entre surcos. En ocasiones filmamos lo que se puede considerar un recital de estudio, pero a la semana siguiente emitimos entrevistas y musicales desde Santiago de Cuba, Manzanillo, La Habana, España o Francia. Igualmente buscamos notas musicales en todas las manifestaciones artísticas y hasta sorprendemos a los aficionados en la calle para que entonen, a capella, fragmentos melódicos. La evolución está en no encadenar las ideas a molde alguno”.
Que una producción provincial escale peldaños y se posicione en la audiencia nacional tampoco es un camino fácil. La magia está en la singularidad, en lo que pueda marcar la diferencia con el resto de las propuestas.
“Es una producción pinareña que saca tentáculos de pentagramas a todas las zonas del país y a ciertas regiones del mundo, enfocando lo que aporta Vueltabajo y a la vez enseñando cómo la provincia se nutre de otras tierras.
“Nuestra región, en el plano cultural, debe romper los muros de la mentalidad esquemática. Y eso procura Todo Música: tender puentes, abrir caminos, hacer lo que obtuvieron los cantes de ida y vuelta. En el plano formal, desde el tema de portada y el diseño gráfico hasta el supuestamente más insignificante elemento… tienen que hablar en códigos de nuestra identidad y a la vez universalmente comprensibles y atractivos”.
UN RETO DE 20 AÑOS
No ha sido solo este espacio merecedor de disímiles galardones a lo largo de estas dos décadas. No solo ha tenido el visto bueno de la crítica especializada en distintas categorías, sino que ha hecho crecer a su creador y lo reta cada día.
“En el universo mediático, ha significado la conquista artística del país. Fuera de Pinar del Río, en las calles, parques o en los sitios más insospechados, a veces no saben mi nombre, pero me reconocen como Todo Música.
“Ese público es el que ha mantenido el programa en la posición cimera. Fuimos número uno, incluso, en la única encuesta nacional aplicada a 9 000 personas por el Canal Educativo Dos. Un programa hecho principalmente en Pinar del Río superó el éxito de realizaciones exclusivamente habaneras. Entonces, el compromiso con los seguidores fieles crece constantemente.
“Junto a las grandes oportunidades que me propicia en los planos de la locución, la edición, el guion y la dirección, este proyecto ha sido otro escenario para mis composiciones. Con el maestro William Zambrano gestamos los primeros temas de identidad y ahora, mediante la voz líder de Wil Campa, repetí la experiencia autoral a la vera del maestro Julio Montoro: miembro del jurado de los premios Grammy.
“Desde mis obras primigenias en timbres vueltabajeros, hasta el CD Caminos desde mí, Todo Música me ha reflejado más allá del artista del audiovisual que soy”.
Durante 20 años ha sido mucho el talento que ha transitado por los sets del programa, lo que supone una respuesta difícil ante la interrogante de cuál de todos los artistas lo ha marcado profundamente:
“Mi maestra de piano Zoila Rubalcaba me enseñó el amor a la música en sus generalidades, por eso te aseguro que, sobre la base del respeto y la admiración, todos los artistas a los que invito a mis programas me marcan en algún sentido.
“Polo Montañez me dejó su sabiduría natural y la creencia en los milagros; Rosita Fornés, en más de una oportunidad, me rindió el corazón ante el ejemplarizante brillo de su vida; Edesio Alejandro me da constantes lecciones en cuanto a la bendita sencillez de un genio; María Victoria Rodríguez me mostró que uno tiene que defender a contra vientos la verdad más raigal de su arte; Santi Carulla y Raphael, en España, me enseñaron que hago bien con venerar la certeza martiana de que ‘toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz’.
“Pero me obligas a nombrar a un solo artista y solo a un artista nombraré: Miguel Poveda. Grandioso en lo profesional y en lo humano, inimaginable en la cercanía de almas y con una filosofía que impresiona.
“Tanto me marcó, que escribí para él un libro de poemas: Caminos de fuego sobre el mar. Me propuso ser amigos desde el primer encuentro: ‘En cuanto a Cuba, estoy que me canto encima’… Así me dijo en una de las entrevistas que le hice en tierra española. Cuando regresé a La Habana le propuse al Instituto Cubano de la Música que lo invitara. Logró traerlo Alain Pérez. Ahora soy feliz, porque Miguel cumplió su sueño. Pero cuando aquí se le desconocía, Todo Música fue el primer programa de televisión en dialogar con el extraordinario cantaor y en posar su perfecto timbre en las antenas de la isla”.
Pero al mismo tiempo que da alegrías y galardones, en dos décadas quedan insatisfacciones que escapan del propio empuje y esfuerzo.
“Ojalá dispusiéramos del presupuesto y del equipamiento requerido. El acabado sería superior. Pinar del Río no cuenta con locales que, de modo asequible y periódico, faciliten a los músicos la actualización de sus repertorios o el montaje de temas en función de un guion televisivo.
“Es admirable la ingeniosidad de arriesgados artistas particulares que graban con mucha calidad en condiciones hogareñas, mientras a nivel institucional tal cosa no se alcanza. Por otra parte, parece que no se comprende en Pinar del Río en qué consiste la promoción.
“La función de un programa no es promocionar, sino retratar un acontecimiento musical, contarlo mediante los recursos expresivos del audiovisual, ofrecer la visión personal del realizador sobre el músico y su arte… por lo tanto, quien me llama promotor está errado.
“La promoción es el conjunto de acciones que incluye presencia en espacios de radio y televisión, actuaciones en vivo, obtención de discos, conciertos, publicidad de todo tipo, notas de prensa.
“Y esa es una función de los promotores institucionales, que debían trabajar mano a mano con los medios para cumplir verdaderamente las estrategias promocionales de cada centro cultural de la provincia. Se pudieran hacer extraordinarias acciones porque, al igual que somos ricos en tabaco y naturaleza, nos preciamos de un cauce amplísimo de extraordinarios artistas”.
¿Pudiera catalogarse Todo Música como tu mayor proyecto en la televisión?
“Tal vez no sea el mayor ni el más trascendente… Cuando me preguntan por mi obra audiovisual más amada y mejor, no me refiero a mi trabajo como documentalista, tampoco menciono en el lugar superior haber escrito, presentado y dirigido para el Canal Educativo Dos las producciones televisivas cubanas más abarcadoras y complejas en el tratamiento de las figuras de Polo Montañez y Pedro Junco.
“Cuando me preguntan por mi obra audiovisual más amada y mejor, no digo que el conjunto de más de 400 premios nacionales e internacionales que he logrado con mis colectivos.
“Cuando me preguntan por mi obra audiovisual más amada y mejor, no expongo en la primera posición mis labores como presentador, guionista, reportero, editor o director general de realizaciones para Cubavisión.
“Cuando me preguntan por mi obra audiovisual más amada y mejor, digo a boca llena, con total orgullo –y siempre en dueto con mi trayectoria como locutor en radio y televisión–: Todo Música. Ha sido la que me ha hecho dejar más pedazos del corazón por los caminos y la que más buenos corazones ha traído a mí.
“Es el compendio de mi arte y de mi ser. Todo Música me abarca y desborda. Lo que soy como artista se resume y muestra en él”.