Ya el uso obligatorio del nasobuco quedó atrás, en el pasado; pues desde la conferencia de prensa del Ministerio de Salud Pública sobre el asunto, muchos son quienes hoy prefieren dejarlo en casa y olvidar esa etapa tan nefasta.
También es cierto que gracias al gran nivel de inmunización que tiene nuestra población infantil, juvenil y adulta, gracias a las vacunas y sus refuerzos, los índices de infestación por coronavirus no son noticia. Cada vez son menos los casos, y ya la gravedad por enfermarse de COVID-19 también es nula.
Y comienzo así, pues al descender los niveles de letalidad de esta pandemia –al menos en Cuba–, y retornar la población poco a poco a la cotidianidad, también hemos comenzado a recordar y restablecer viejos hábitos del pasado.
Con ello me refiero sobre todo a las colas, a esas interminables filas desde tempranas horas de la madrugada y a los turnos respectivos.
Y en este sentido me gustaría llevar y aterrizar este asunto típico del cubano a las concurridas y solicitadas oficinas de trámites.
Es cierto que por culpa de la pandemia se atrasaron y aplazaron muchos de los certificos y demás gestiones que en un determinado momento necesitábamos realizar; motivo por el cual hoy volvemos a la carga a modo de colas redondas frente a cada uno de los diferentes establecimientos.
Madrugadas, malestares, colados, impedidos físicos, turnos, venta de esos turnos, citas con anticipación necesaria, burocracias, sellos, y quizás, –si hay que decirlas todas– hasta maltratos, por qué no.
Todas estas vicisitudes y sus respectivos malos ratos, así como las ausencias injustificadas al centro de trabajo, solo para lograr obtener el papel impreso que necesitamos.
Y aquí me detengo y reflexiono: ¿Por qué esas largas filas presenciales en la Vivienda, unidades de la PNR, Agricultura y oficinas asociadas a Justicia? ¿Acaso no se conoce o no se ha divulgado lo suficiente que la mayoría de estas gestiones ya se pueden solicitar vía online?
Estoy por pensar que es que nos apasiona el calor humano, la pelotera alrededor… que nos gusta el sufrimiento agridulce de las colas.
Tantas horas de desvelo y hasta problemas interpersonales de “yo voy detrás de fulano, ¿y… mengano? –Ah caraj´ ya se regó la cola–, por un asunto que tras dedicarle varios minutos frente a un ordenador, es cuestión de llegar y recoger cuando se le notifique.
Por si usted aún no lo sabe querido amigo lector, gracias al proceso de informatización de la sociedad cubana, impulsado en gran medida por nuestro presidente Miguel Díaz-Canel, a solo varios clics de distancia es posible adentrarse de forma virtual en las oficinas anteriormente citadas y otras, también con la facilidad de una vez encargado su trámite, poder darle seguimiento en el tiempo.
Para que se tenga una breve idea, desde el sitio del Ministerio de Justicia se ofrece la posibilidad de realizar actos de última voluntad y declaratoria de herederos, antecedentes penales para surtir efecto en territorio nacional, y todo lo asociado al Registro del Estado Civil.
En el caso de los asociados a la PNR pueden solicitarse documentos como el carnet de identidad por pérdida o deterioro, cambios de dirección, todo lo relacionado con la licencia de conducción, de circulación, así como citas para cambios y conversiones de vehículos y su diagnóstico técnico, entre otros.
De igual forma, también están habilitados servicios digitales no presenciales para las oficinas relativas a los ministerios de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Comercio Exterior, Comunicaciones, Salud Pública, Relaciones Exteriores, Cultura, Finanzas, Agricultura y otros.
Diría yo que con tantas bondades digitales asociadas a trámites para los que se reúnen diariamente de forma física cientos de personas, es cuestión de desconocimiento.
Sí, siempre habrá escépticos, y aquellos que dirán –“eso no funciona”, “yo no confío en las computadoras”–, y otras sandeces, pero la realidad es que no perdemos nada por intentarlo, ¿verdad?
No hay nada más alegre que, sin errores que subsanar, y con la sábana aún pegada, lleguemos y salgamos en un santiamén de estos lugares infernales con nuestras copias requeridas; mientras que otros, tras razonamientos cromañónicos permanezcan horas y horas. Al ritmo del país en este esfuerzo por acercar al ciudadano común cada servicio, debe digitalizarse también nuestro tiempo y conciencia. Aprovechemos y utilicemos lo que a bien se nos ofrece.
Estimado periodista, muy interesante su artículo en cuanto a las facilidades de trámites no presenciales. Evidentemente hay desconocimiento y por tal le pregunto: Estoy necesitado de hacer un cambio de dirección y actualización de la licencia de conducción, todo desde poco antes de que comenzara la pandemia. y que por tal motivo no he podido. La pegunta en concreto es: puedo hacer esos dos trámites on line y así evitarme el engorroso proceso presencial??. Me gustaría que me explicara si es posible.
Saludos, César