“Nací en 1959, estoy marcado desde la raíz… por (la) Revolución, (…) el triunfo de Fidel Castro, del Che y todos los jóvenes revolucionarios, es un símbolo…”. Estas palabras dichas por el documentalista y cineasta argentino Tristán Bauer bien podrían definir su relación con Cuba, pero también su manera de concebir el séptimo arte: desde una mirada descolonizadora, de denuncia, revolucionaria. No es fortuito que considere a “Memorias del subdesarrollo”, de Tomás Gutiérrez Alea, como una de las mejores obras de la cinematografía universal.
El cine de Bauer ha sido catalogado como una hermosa y diversa continuidad. Así lo aseguró el realizador Waldo Ramírez de la Ribera, encargado de pronunciar las palabras de elogio durante la entrega del Premio Internacional Tomás Gutiérrez Alea, otorgado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) al cineasta argentino en el marco de la 45 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
“Cada uno de sus filmes, sea ficción o documental es una lucha porque no se pierdan ni la experiencia colectiva ni las menciones; las películas dialogan con su tiempo, entre sí, y con la historia y personajes de su patria”, dijo Ramírez de la Ribera en la ceremonia de entrega del laureo que, precisamente, reconoce a cineastas que sostienen una entrañable relación con Cuba, han realizado contribuciones significativas al cine y reflejan un aspecto innovador y comprometido con el necesario y permanente cambio social.
Minutos después de ser premiado, respondió algunas preguntas a la prensa…
—¿Qué significa para Tristán Bauer ese premio?
Recibo este premio con profunda emoción. Mi primera visita a Cuba fue en 1983. Estuve en la UNEAC, en este mismo jardín. Conocí a Nicolás Guillén, un hombre fundamental en la cultura latinoamericana. En ese viaje también descubrí el cine cubano, tanto obras como hombres y mujeres que han marcado al séptimo arte en el continente. Tomás Gutiérrez Alea es uno de los grandes, de los imprescindibles, y es cubano. Este país ha dado mucho. Recuerdo también a Alfredo Guevara con profunda emoción.
Estar aquí, en este festival, justo en los tiempos difíciles que estamos viviendo, recibir este premio, es una honra, una alegría, pero a la vez estos premios nos obligan a seguir adelante en esa tarea de construir la belleza del cine y trabajar por la independencia, la libertad, la soberanía, la justicia, como hicieron todos los que nos antecedieron.
—Siempre, antes de hacerlo, anheló visitar Cuba…
Son muchos años e historias hermosas. Todos los latinoamericanos, los cineastas hemos vivido experiencias profundas relacionadas con Cuba. Me tocó de joven vivir aquel proceso tan intenso que conducían Fidel y Gabriel García Márquez con Fernando Birri, primero, para crear la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, y después, de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, que tantas y tantas generaciones ha formado y que, después de 39 años, en el 2024, continúa haciéndolo.
Toda esa historia me ha dado vínculos de hermandad, de fraternidad, de amor con este país, y que cada vez que vuelvo los trato de profundizar, de darle una valoración a la verdadera dimensión que tienen.
— Latinoamérica atraviesa un momento difícil; usted decía que hay mucha desigualdad en nuestro continente ¿Cuál es el reto que tienen los artistas y cineastas en este contexto?
El pasado 9 de diciembre conmemoramos 200 años de la Batalla de Ayacucho. Hombres gigantes como San Martín y Bolívar se propusieron la utopía de la libertad y después de esa batalla lo conseguimos. Fuimos libres. Nos independizamos del yugo español. Dejamos de ser colonos, pero hay una tarea que dejamos inconclusa porque, si bien vencimos en la utopía de la libertad, no lo hicimos en la desigualdad.
Vivimos en un continente que es rico, por supuesto, pero es el más desigual del mundo y en eso tenemos que seguir trabajando desde todas las artes. En el cine, en particular, hay muchas tareas por delante.
Siempre hay que acometerlas con rigor, con belleza, profundizando y trabajando en el lenguaje cinematográfico. Estudiando mucho también y comprendiendo el nuevo momento que estamos viviendo. Nunca antes la humanidad en toda su historia ha vivido un momento como este. Con la llegada de internet, de la digitalización, de la inteligencia artificial, todo se ha transformado.
La premisa es no detenerse y seguir analizando, estudiando y produciendo. Y como decimos siempre, tomarnos de la mano fraternalmente, dejar a un lado las diferencias que tenemos y luchar todos juntos para la verdadera construcción de un mundo mejor y más hermoso.