Hoy le damos la bienvenida a TROVA NUEVA. Usted puede pensar que se trata de un espacio para hablar de música, de identidad nacional, de cultura en su sentido más amplio. Si así fuera – homologando esta lectura con el juego del tesoro escondido- le adelanto que está “en la pista”.
Seguramente seguiría asociando ideas hasta llegar a quemarse en el juego y resultar ganador, sobre todo porque, en nuestro imaginario colectivo, la Nueva Trova reivindica la manera en que cubanos y cubanas pensamos, sentimos y actuamos en un espacio y tiempo concretos.
Es probable que pienses en Cuba, actualidad, vida cotidiana. Y en efecto, es la realidad con sus retos, tensiones, complejidades y desafíos, la fuerza que moviliza esta sección de reflexión conjunta, para lo cual la música, la literatura, la identidad, la cultura y la política, necesariamente se erigen como contenidos de debate, al ser elementos constitutivos de ese espacio vital donde producimos y reproducimos la vida.
Aunque en el sentido popular la trova haya cedido su significado melódico al teque o la palabrería, aquí la rescatamos desde su verdadera acepción: tonada con sentido, arte humanizador, provocación constante, emociones a flor de piel, eterna joven (nunca deja de ser nueva) y a la moda siempre, fresca y sabia aunque pasen los años.
Ya puedo suponer que evocas a Silvio, Pablo, Noel Nicola, Sara, Feliú, Yamira Díaz y tantos otros – nuestros todos- que de nombrarlos harían interminables estas líneas. TROVA NUEVA tiene el mismo espíritu: abrir el dialogo a los asuntos variopintos de la cotidianidad, reflexionar sin prejuicios, compartir criterios, provocarnos en la pregunta, evitar las sentencias y los criterios acabados, haciendo de la Psicología un medio que nos permita interpretar, resignificar y disfrutar de nuestra vida.
En esta TROVA NUEVA no necesitamos guitarras, pero sí es preciso sensibilidad y voz para enriquecer el diálogo colectivo. Por el camino iremos cambiando y cantando juntos, más allá del frío ordenador que nos conecta y nos separa.