El presidente Donald Trump ha expresado reiteradamente su intención de acabar con las medidas de distanciamiento lo antes posible para volver a poner a circular la economía del país. Hace unas semanas, se precipitó incluso a poner como fecha de la apertura el 12 de abril, domingo de Pascua.
Sus expertos sanitarios ya habían clamado prudencia incluso en público y, poco después, el mandatario se vio obligado a anunciar que extendía las restricciones por coronavirus -al menos- hasta el 30 de abril. De hecho, los modelos epidemiológicos que maneja la Casa Blanca apuntan a que Estados Unidos vivirá sus peores horas en los próximos días.
Aún así, Trump no se deshace del todo de su insistencia por volver a mandar a los estadounidenses al trabajo pero parece que ha dejado de desoír las recomendaciones de quienes gestionan la crisis desde el punto de vista de la salud pública y en la sesión informativa de este miércoles indicó que la hipotética “vuelta a la normalidad” tendrá lugar cuando el número diario de muertes y de contagios por coronavirus empiece a descender.
Las cifras de la pandemia deben estar en el “lado negativo” de la tan mencionada curva epidemiológica para que sea seguro que las personas vuelvan a sus rutinas previas a la crisis sanitarias, tal y como mencionó el presidente. Sin embargo, este proceso se dará en “dos fases”. “Ustedes saben que hay algunas zonas que están mucho menos afectadas que otras”, dijo el presidente con cierta ambigüedad.
Ya CNN había informado horas antes de la conferencia de prensa que había disenso en el seno del equipo que gestiona la pandemia sobre cuándo volver a poner en funcionamiento la economía estadounidense. A Trump le gustaría que fuera como “un big bang” pero el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades infecciosos, ha repetido en pública que la vuelta a la normalidad será “diferente”, al menos hasta que haya un tratamiento sólido o una vacuna.
Trump zanjó este tema en la conferencia de prensa recurriendo a su ya habitual optimismo. “Odias decirlo en voz alta porque de repente las cosas no suceden. Pero creo que estaremos [de vuelta] más temprano que tarde“.
En cualquier caso, algo que ha advertido la Casa Blanca -y de lo que el propio presidente se ha hecho eco– es que el aumento del número de muertes se va a agudizar en los próximos días y que es vital que se sigan al pie de la letra las indicaciones federales y también de las autoridades estatales y locales competentes.