Muchos museos del mundo, sobre todo aquellos de culturas hegemónicas, eurocéntricas o primermundistas como Estados Unidos, Europa y Australia, están haciendo un intento en los últimos años por gestionar la descolonización de sus colecciones, al tiempo que se debaten en el significado de este concepto. La mayoría de estas instituciones tienen legados arraigados en el colonialismo y por ende en el saqueo de otras culturas, sus colecciones proceden de donantes ricos que se beneficiaron de los imperios.
Otras problemáticas han permeado a los museos en la contemporaneidad, aparejado al colonialismo cultural se percibe el racismo, la lucha por derechos de género y orientación sexual, la protección animal y del medio ambiente, por solo citar ejemplos, que redimensionan muchas de las estrategias museológicas al punto de cuestionar bases y conceptos establecidos.
Nuestro país no está ajeno a este nuevo enfoque, a pesar de que tenemos resueltas algunas de dichas inquietudes sociales por la propia naturaleza del proyecto social cubano y gracias al estado de derecho que garantiza la Constitución de la nación. Ser cada día más inclusivos, propiciando una participación activa de la población en los procesos culturales, permite que a través del patrimonio se pueda constituir un sentimiento identitario enfocado en la nacionalidad, esta es la principal meta estructural de los museos cubanos.
Por mucho tiempo estuvimos anclados al coleccionismo patriótico, apegados a la memoria de guerras de independencia y ceñidos a la historia local a través de una mirada nostálgica del pasado. Ahora estamos enfocados en el fortalecimiento de una estrategia que posibilite convertir al museo en la institución rectora de la educación patrimonial, en alianza permanente con la enseñanza, estimulando la investigación y el estudio de nuestra historia por medio del entretenimiento y la motivación. Tradicionalmente se buscaba llegar al hecho a través del objeto, en la actualidad el compromiso del Patrimonio es ofrecer el carácter del objeto en el presente, con vista al futuro.
Por otra arista, los proyectos culturales comunitarios y los programas de desarrollo local en el territorio permiten establecer una estrecha relación comunidad-museo, que no solo abarca la musealización de espacios, sino que también contribuye a alcanzar una mayor sostenibilidad y a elevar el conocimiento de los valores patrimoniales de la región.
La COVID-19 ha impuesto una nueva manera de direccionar el trabajo en los museos, que se han replanteado el empleo de las tendencias tecnológicas ante el cierre obligatorio de las instituciones debido a las medidas de bioseguridad. En este contexto se han explotado más las exposiciones virtuales de los fondos patrimoniales y el empleo de las redes sociales para establecer un vínculo con la comunidad, incluso, llegando a aquellas zonas más intrincadas gracias a los beneficios de la tecnología, lo que en años anteriores intentábamos conseguir a través del Plan Turquino y las exposiciones itinerantes.
La propuesta de la nueva museología es un llamado al cambio de todos los museos contemporáneos, que no pretende la creación de un nuevo tipo de institución sino la transformación de esta, poniendo énfasis en la función social que deben cumplir. El nuevo museo confronta al hombre con elementos naturales, seres vivos, objetos, monumentos, y permite una resemantización de los mismos; transforma el museo tradicional, ya que de una edificación hace una región, de una colección hace un patrimonio regional y al público lo convierte en una comunidad participativa. En este sentido encontramos diversos modelos: museos comunitarios, didácticos-comunitarios, productivos, de cultura popular y el Ecomuseo, este último trata de recuperar la identidad natural y cultural de los espacios regionales a través de la memoria y el imaginario colectivo.
Actualmente existe gran interés en varios países latinoamericanos de desarrollar esta propuesta museológica, adaptando el concepto a su realidad cultural y social, lo que se debe a la necesidad de armar en un todo coherente la imagen a veces distorsionada. Por tal razón, estas instituciones deben convertirse en un espejo donde la comunidad se refleje y se reconozca.
Los museos municipales cubanos han asumido un importante rol en este sentido y el Museo Municipal de Consolación del Sur trabaja en la misma dirección, si bien falta mucho camino por recorrer ya se tiene un gran trayecto adelantado. En el caso de Cuba esta propuesta ha sido de fácil aplicación gracias a la grandeza del proyecto socialista de la Revolución cubana.