En el año 1965 se enunciaron cinco libertades reconocidas internacionalmente y que se convirtieron en directrices del trabajo de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). De ahí que sea responsabilidad del hombre que los animales vivan libres de hambre, sed y desnutrición; de temor y de angustia; de molestias físicas y térmicas; de dolor, lesión y enfermedad, y de manifestar un comportamiento natural.
El recién aprobado Decreto-Ley evidencia con claridad el camino por el cual transita el país para concienciar a la población sobre los derechos de las especies a tono con el objetivo que trazaran en el 2017 las naciones miembros de la OIE: “Un mundo en que el bienestar animal se respete, promueva y avance, de manera que complemente la búsqueda de la sanidad animal, el bienestar humano, el desarrollo socioeconómico y la sostenibilidad del medio ambiente”.
SANIDAD ANIMAL COMO PUNTO DE PARTIDA
Maricel Fernández Cabrera, jefa del Departamento Provincial de Sanidad Animal, explica que antes de que surgiera quizás el concepto de bienestar animal ya existían normas para la crianza de especies, sobre todo en cuanto a la producción y el consumo.
“Una vez que sale la ley, hay que desencadenar un proceso para implementarla. Lo primero es crear un grupo de trabajo para definir los roles de cada organismo, pues hay muchos factores implicados.
“Hace también algunos años que por las condiciones propias del país se ha deteriorado el sistema de asistencia veterinaria, eso debemos recuperarlo. Ya se han dado pasos con la autorización de la figura del trabajo por cuenta propia para la atención a los animales. Esa primera tarea hay que acompañarla, porque si se va a hacer desde el punto de vista privado debe ser como dice la ley”.
En ese aspecto enfatiza en la recuperación dentro de la parte ganadera, pues ahora cobra más importancia con las nuevas medidas que se toman en la Agricultura: “Todo parte de tenerlos inscritos, legales, con los programas cumplidos, las investigaciones y certificaciones sanitarias. Ya solo con eso se contribuye al bienestar animal”.
Añade que pretenden recuperar las farmacias veterinarias para ofertar productos por prescripción médica y otros con venta liberada. Para ello se valora la posibilidad de que algunas firmas puedan vender sus medicamentos en Cuba y también incrementar la producción doméstica de algunos remedios naturales, sobre todo antidiarreicos y antiparasitarios que ayudarían a sustituir importaciones.
GARANTIZAR LA ASISTENCIA
En Pinar del Río existe una clínica veterinaria y 11 consultorios médicos ubicados en cada municipio. En el caso de Los Palacios, es el único del país que ya cuenta con una farmacia.
“A pesar de la situación con la COVID-19 y la falta de medicamentos, la clínica no ha dejado de prestar servicios y la afluencia de personas no se detiene. La instalación no es como la de La Habana, quisiéramos tenerla mejor, pues somos uno de los territorios con mejores condiciones, además, contamos con un grupo de profesionales que llevan tiempo laborando juntos, esa estabilidad es muy beneficiosa”, afirma Fernández Cabrera.
Cuentan con un salón de operaciones con todas las condiciones, un pequeño laboratorio para hematología y parasitología, consultas independientes y espaciosas, un salón de espera y pretenden ampliar con un salón de belleza para cortes de pelo, entre otras novedades.
El Decreto-Ley dedica un capítulo al tema de la eutanasia, un procedimiento mediante el cual se induce la muerte con un mínimo de dolor y angustia para el animal y que debe considerarse como el último recurso a emplear.
“La eutanasia se practica en caso de heridas, accidentes, enfermedades, agresividad extrema y envejecimiento del animal, cuando la supervivencia esté asociada a un continuo sufrimiento que empobrece o limita el bienestar y la calidad de vida”, dicta el artículo 87.
Pero no todos los veterinarios pueden ejecutar este procedimiento, pues son los directores de las clínicas veterinarias, de los centros de observación, los de atención y acogida y de rehabilitación y rescate quienes solicitan al jefe del Departamento Provincial de Sanidad Animal la autorización para aplicar la eutanasia. En el caso de los animales de compañía, se solicita ante la clínica veterinaria por la persona propietaria, responsable o tenente del animal.
En el ámbito institucional, que incluye institutos y centros de investigación, universidades, zoológicos, acuarios y zoocriaderos, la eutanasia se practica en las diferentes especies animales por médicos veterinarios calificados y autorizados por las direcciones administrativas de cada entidad.
AUNAR VOLUNTADES
Proteger a los animales, darles refugio, atención y proporcionarles un hogar donde sean amados se ha convertido en un objetivo palpable para varios grupos y asociaciones que ya conforman una red en el país.
Sin embargo, corresponde a Sanidad Animal autorizar la creación de entidades y centros para la atención, acogida, rescate y rehabilitación de los animales; expedir la licencia sanitario-veterinaria para estas instalaciones y coordinar con las formas asociativas vinculadas con los animales, acciones conjuntas para la promoción, concientización y educación ciudadana.
“Para la buena implementación de este cuerpo legal necesitamos la integración de los organismos, pero también de las asociaciones y de aquellas que pretenden extenderse al resto del país como Aniplant, por citar un ejemplo, que debe crear estructuras hasta la base. Por ello hacemos un llamado a los grupos que se dedican a la protección y atención de animales a que se acerquen a las instituciones para legalizar sus acciones”, apunta la directiva.
CON CONOCIMIENTO DE CAUSA
Quizás uno de los aspectos más novedosos del Decreto–Ley sea su reglamento y las medidas a aplicar para quienes violen lo estipulado. Según Olga Lidia González Valdés, especialista del departamento jurídico en la Delegación Provincial de la Agricultura, las sanciones son rigurosas, más aún para las personas jurídicas.
Se consideran conductas infractoras someter a maltratos de cualquier naturaleza u otros actos que pongan en peligro la salud del animal, inducir cualquier especie al enfrentamiento, excepto las que se autorizan en el reglamento y provocar la muerte incumpliendo las disposiciones establecidas. En esos casos se aplicarán multas de 1 500 pesos a personas naturales y de 4 000 a las jurídicas, y cuando corresponda se decomisa el animal o se retira la licencia o el permiso.
Igualmente, se aplican multas de 1 000 y 3 000 pesos a personas naturales y jurídicas, respectivamente, que sean criadores, propietarios, poseedores y tenedores de animales e incumplan las obligaciones establecidas; a los que utilicen animales en deportes, exhibición, educación, experimentación y entretenimiento sin las autorizaciones y licencias correspondientes y para quienes comercialicen, transporten, capturen o reproduzcan especies violando las disposiciones establecidas para ello.
Por otra parte, a aquellos que circulen por la vía pública con un animal sin las medidas de bioseguridad e higiene, a los que permiten que miccionen o defequen en espacios públicos y no efectúen la recogida de los desechos y los que depositan cuerpos y restos de animales sacrificados se les aplicará multa de 500 pesos a personas naturales y de 2 000 a las jurídicas.
Cabe destacar, como refiere un famoso principio del Derecho, que el desconocimiento de la ley no exime de responsabilidad. Es esta una razón de más para remitirse al documento, enrutar la conducta y ser consecuentes con lo que hacemos.
UNA ÚLTIMA REFLEXIÓN
“Muchas cosas de la ley son de conciencia humana. La educación a la población desde las primeras etapas es muy importante, porque si malo es maltratar animales, malo es humanizarlos. Ellos necesitan un espacio, pero no son personas, hay que tener en cuenta que transmiten enfermedades que son zoonosis porque su flora no es como la nuestra, y vemos conductas erróneas como el dormir en las camas o besar la boca de sus dueños.
“El país llevaba muchos años tratando de tener esta ley, finalmente está aquí. Ahora lo que hace falta es la cooperación entre los organismos y entre todos los que aportan al bienestar de las especies. Es el actuar de muchos lo que nos va a llevar a obtener buenos resultados”, concluye Fernández Cabrera.
Está trazado un nuevo camino hacia el respeto, la sensibilidad y la conciencia, depende de todos construirlo. Ya lo dijo Charles Darwin: “El amor por todas las criaturas vivientes es el más noble atributo del ser humano”.