Del primero de febrero al 30 de abril los cubanos seremos parte activa de la consulta popular sobre el proyecto de Código de las Familias, que se presentó en diciembre pasado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y al cual los diputados le dieron “luz verde” para su debate.
Este es un documento que tuvo 23 versiones antes y fue objeto de modificaciones a partir de importantes consultas realizadas a especialistas, instituciones y grupos en el país.
Este proyecto no está ajeno al momento histórico que vive Cuba ni a las complejidades y dinámicas del desarrollo de nuestra sociedad. El compendio de ideas que lo sustentan se basa en análisis multidisciplinarios cientistas que se han realizado a la sociedad cubana actual y la que pueda perfilarse en el futuro.
No pocos expertos en el tema han asegurado que es un documento revolucionario en toda su amplitud, en tanto defiende la igualdad y libertad de las diferentes familias cubanas que hoy conviven en el entramado social.
Lo que vamos a discutir entre todos tiene un carácter inclusivo, reconoce derechos a cada persona en el ámbito familiar y como bien aseveró el Ministro de Justicia, Oscar Silvera Martínez: “… no fabrica ni impone modelos, es reflejo de la realidad cubana. Coloca a Cuba y su pueblo en una posición que capta las diferencias y las protege. Es un proyecto de sumas y multiplicaciones, resultado de la participación de todos y todas, una ley moderna, inclusiva y protectora de todos los derechos”.
Amparados en ellos debemos saber que cuando el próximo martes arranquen los debates estaremos situando en lo más alto de los valores humanos al amor, al afecto, a la solidaridad y a la responsabilidad.
Pero, ¿por qué debemos discutir con transparencia el proyecto de Código de las Familias?:
1- Ofrece protección para todas las expresiones de la diversidad familiar y que cada ciudadano podrá constituir una familia en correspondencia con la Constitución y sus principios de no discriminación e igualdad.
2- Porque instituciones jurídico familiares como el parentesco, la obligación de dar alimentos, el matrimonio, la unión de hecho, la filiación cualquiera sea su origen, las relaciones parentales y otras instituciones de guarda y protección se actualizan y perfeccionan en el proyecto de Código de las Familias.
3- Reconoce el derecho de abuelas, abuelos y otros parientes consanguíneos, afines y de otra naturaleza y de niños, niñas y adolescentes a una armónica y cercana comunicación entre ellos en el entorno familiar.
4- Porque el proyecto expresa el derecho a una vida familiar libre de violencia en cualquiera de sus manifestaciones, y sobre todo muestra fórmulas protectoras frente a las diferentes situaciones que puedan presentarse.
5- Porque hay también un planteamiento por la resolución de conflictos de manera armónica, y en el caso de conflictos que se pueden presentar a partir de las migraciones o de las relaciones entre ciudadanos extranjeros y cubanos, el proyecto ofrece soluciones.
6- Protege la maternidad y la paternidad, así como la promoción de su desarrollo responsable en correspondencia con el respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes en el ámbito familiar.
7- Protege a las personas adultas mayores y también a aquellas en situación de discapacidad o en situación de desventaja o vulnerabilidad en el espacio familiar.
El proyecto de Código de las Familias, ese documento jurídico que aún estamos a tiempo de leer, consultar, evaluar, analizar para poder debatir con conocimiento de causa en la consulta popular, es un texto -en opinión de muchos- respetuoso con la Constitución de la República de Cuba, abarcador, que se pensó con el corazón y en el que cabe toda la sociedad cubana.
Uno de los elementos que lo blindan es el haber escuchado el clamor de eliminar la autorización excepcional del matrimonio para adolescentes y fijar la edad de 18 años para contraer el mismo.
Conceptos como la gestación solidaria aparecen en nuestro proyecto, y también referencias jurídicas a todo lo que a protección se refiere en este sentido, en aras de evitar la explotación del cuerpo u otras figuras que pueden ser contentivas de delitos.
Muchos otros elementos pudieran exponerse, pero queremos que usted, amigo lector, no se prive de la oportunidad de profundizar en el material y de exponer sus ideas.
Que no nos quede dudas que el acto de consulta popular es expresión genuina de democracia, y de unidad de la nación, esa que sin exclusión se pronuncia por el respeto y la protección de todos.