Un concierto y dos proyectos culturales que merecen aplausos en Pinar del Río 

Los 28 años de Vocal Universo atraen la mirada hacia el encomiable trabajo de la agrupación y hacia el singular escenario elegido para el festejo 

Fotos y videos en redes sociales nos confirman la excelencia del concierto de celebración de Vocal Universo, en ocasión de su aniversario 28. En la calidez del entorno que configura LELOV, un emprendimiento abocado al disfrute de las artes, el consagrado cuarteto de voces encantó a los asistentes con su talento. 

El repertorio elegido abarcó varias etapas creativas del conjunto; desde los tradicionales arreglos de voces en sones muy conocidos como “El suavito” o “El paralítico”, hasta propuestas más recientes en su quehacer como “Sé que te amo” -incluida en el CD Mi joya, aún en producción- y éxitos de la música internacional. 

En consecuencia, las muchachas de Universo pudieron mostrarse en todo su esplendor, desdoblarse en géneros e incluso asumir la dualidad voces-instrumento, poco habitual en los últimos tiempos de la agrupación, de ahí que representara una grata sorpresa para el espectador. 

El acompañamiento del destacado instrumentista Ricardo Pérez Abreu y de la estudiante de piano básico Luziana Mayanna Cardoso añadieron otros brillos a la presentación. En especial, la actuación de la pequeña -nieta de la directora del conjunto e hija de una de sus integrantes- simbolizó entonces la garantía de continuidad y renovación en el trabajo del grupo, siempre permeado por la tradición familiar.  

Del concierto

“Quisimos mostrar un repertorio lo más variado y sorprendente posible. Que cada cual pudiera demostrar sus potencialidades”, ratifica Jacqueline Ramírez, líder del proyecto vocal desde sus inicios. 

 “El Vocal Universo de hoy va corriendo con los tiempos que estamos viviendo: tiene los pies en la tierra y los sueños muy arriba. También es un cuarteto que opta por la madurez y la exquisitez”, agregó.

Los 28 años del grupo hablan de la perseverancia sostenida en ese tiempo; así como de nuevos comienzos, de acuerdo con las palabras de Anna Lee Carrete Ramírez, otra de las voces distintivas del conjunto.

“En los últimos años, nos hemos volcado más a lo contemporáneo. Creo que estamos a tono con lo que se está viviendo, con lo que necesita el oído para escuchar hoy; estamos abarcando todo lo que nuestras condiciones musicales, emocionales y físicas nos permiten”, dijo a Guerrillero. 

Del concierto de celebración también trascendió el bienvenido retorno de los arreglos a cuatro voces, pues, durante un tiempo debieron ser solo tres, contrario a la esencia de la agrupación en su larga trayectoria. La entrada de Maylú Silva en los últimos meses vino a redondear una nueva oportunidad de crecimiento para el grupo. 

La joven dijo sentirse muy feliz de lo mucho que ha ido aprendiendo de Universo; mientras que Nidia María Crespo, la otra talentosa integrante, adelantó que ahora trabajan “en retomar todos esos temas que se quedaron varados durante el tiempo que fuimos solo tres voces. Parte de ese repertorio lo debemos mostrar en los próximos eventos, como el festival de música La Guarapachanga y una presentación que tenemos concertada en Moldavia próximamente”. 

Del escenario

Los 28 años de Vocal Universo no fueron celebrados en un gran escenario; pero, acaso se trató del mejor de los escenarios posibles. El ambiente intimista del lugar armonizó perfectamente con la propuesta de la agrupación; mientras, el público podía sentir más cercanas que nunca a las artistas. 

Ubicado actualmente en un pequeño salón del edificio que acoge el Museo de Historia Natural, LELOV ha ido estableciéndose poco a poco como espacio singular para la cultura artística. Las muchachas de Universo lo llaman “el oasis de la música en Pinar del Río”.

La historia del lugar es muy curiosa. Todo comenzó en enero de 2015 con la apertura de una floristería. Un incidente familiar obligaba entonces a Leydi León Veloz y sus padres a la búsqueda de una alternativa para sostener la economía del hogar. 

“Y ya yo venía con este amor por las flores, soy guajirísima, vengo de Minas de Matahambre y en casa siempre tuvimos jardín, así que le hice la propuesta a mis padres y ellos aceptaron”, cuenta la coordinadora del proyecto. 

Hasta hoy, los arreglos florales de LELOV son conocidos en la ciudad por su belleza. Pronto conquistaron una clientela asidua e incluso contratos de trabajo importantes, como el contraído por varios años con instalaciones turísticas de la provincia. 

“Incluso entonces creo que ya éramos un proyecto cultural, porque logramos que los arreglos florales fueran, más que un regalo de ocasión, una creación para cada persona, cada espacio, y que las flores fueran acompañadas de la poesía”, continúa contando la entrevistada. 

El cierre prolongado que impuso la pandemia de la COVID 19 vino a provocar otro giro en la historia. Según explica Leydi, “las flores se habían encarecido, ya no era posible retomar los contratos que teníamos antes… pero, afortunadamente también ya la legislación permitía la presentación de un proyecto de trabajo por cuenta propia, que no tenía que estar atado a una figura en específico.

“Pasamos entonces a esta modalidad de proyecto cultural. Este es un lugar donde se aspira a que las personas vengan a conversar, a disfrutar de las artes, donde también se vincule la ciencia para el bienestar social”, explicó. 

La formación como doctora en Ciencias Psicológicas y una alta sensibilidad artística permiten a Leydi una visión muy amplia de las potencialidades del proyecto. Habla de priorizar el trabajo con la mujer, las infancias, la familia… de que todas las acciones tributen a la defensa de nuestro patrimonio inmaterial. 

LELOV es hoy la sede del proyecto Arena fina, que dirige la trovadora Yamira Díaz. Ivette Cepeda, Rey Montalvo, Vocal Universo y Ricardo Pérez junto a Crucero han sido algunos de los artistas que han mostrado sus creaciones allí. 

“Poco a poco se ha ido sumando el público. Hay mucha gente necesitando esto en el mundo; en Europa son tendencia los bares y otros espacios culturales íntimos porque estamos en un mundo globalizado, donde la tecnología nos inunda, estamos bombardeados de imágenes y se necesita el espacio para conversar cara a cara”, asegura la también profesora de la Universidad de Pinar del Río. 

“Este no es un espacio para farandulear -advierte- Es un espacio donde las personas vienen a disfrutarse unas a las otras”. 

En Pinar del Río, mientras en las instituciones tradicionales escasea la programación cultural, cada vez son más los proyectos independientes que se convierten en escenario para propuestas artísticas. Pero, no siempre el poder adquisitivo para este tipo de emprendimientos va acompañado del compromiso con el buen gusto estético. 

Por eso LELOV, a pesar del poco tiempo, merece ser aplaudido; sin que nos falten también los elogios para Vocal Universo, un proyecto que tampoco ha cedido en su defensa de un arte verdaderamente genuino.