En el reino del box
Andrés Ayón Brown fue un habanero de pura cepa, lo que se dice por los cuatro costados, que supo proyectarse en todo el país y más allá. Cuando descubrió sus cualidades para lanzar, no vaciló y se entregó al montículo.Este pitcher derecho nació en El Cerro, La Habana, el 22 de octubre de 1936 y falleció en su inolvidable ciudad, el domingo 24 de octubre de 2021.
Su muerte ha golpeado a todos sus compañeros y gente del oficio beisbolero. Figura inalterable. Varias veces nos comunicamos por teléfono y estábamos un buen rato, donde recordaba con cariño a la figura del box vueltabajero Pedro Ramos, quien se destacó en los años cincuenta y sesenta. Eran contemporáneos.
Alcanzó los 5’ 10 de estatura y 160 libras de peso. Se destacó en la pelota amateur y participó en la Liga Profesional Cubana en cuatro temporadas. En 1957-1958, con el Marianao (1-0); 1958-1959 (1-1); 1959-1960 (4-5) y 1960-1961, con el Almendares (11-12). Total: en 74 desafíos, de ellos 11 completos, obtuvo balance de 17-18 (.486), con 165 ponches, 103 bases concedidas y efectividad de 3,47. Resultó líder en juegos perdidos (12) y carreras permitidas (77), en la última temporada, 1960-1961.
Actuó con los Cuban Sugar Kings en 1959 (0-1) y 1960 (5-6). Total: en 57 desafíos, ninguno completo, obtuvo balance de 5-7 (.417), con 82 ponches, 49 bases y efectividad de 3,00.
Entre 1957 y 1979 se desempeñó en veintidós campañas de las Ligas Menores de los Estados Unidos y México con los equipos: Wausau Lumberjacks (1957), Visalia Redlegs (1958), Topeka Hawks (1959), Cuban Sugar Kings (1959), Savannah Reds (1959), Cuban Sugar Kings/Jersey City Jerseys (1960), Jersey City Jerseys (1961), Macon Peaches (1962 y 1963), Pericos de Puebla (1964, 1965, 1966 y 1973), Charros de Jalisco (1967, 1968, 1969, 1970), Seattle Angels (1968), Piratas de Sabinas (1971), Saraperos de Saltillo (1971, 1972 y 1973), Cafeteros de Córdova (1975) y Tecolotes de Nuevo Laredo (1976, 1977 y 1979).
Su labor en los Estados Unidos: en 488 juegos lanzados y 939 entradas, alcanzó un balance de 65-50 (.579), con 439 bases por bolas concedidas y 832 ponches propinados. Su carrera más meritoria la hizo en México, donde fue líder de los lanzadores en 1964, con 16 ganados, 5 perdidos y efectividad de .762.
En 1971 encabezó las carreras limpias permitidas, con el Sabinas–Sal (1,22). Quedó al frente en juegos ganados en 1967 (25), con el Jalisco, y 1972 (22), con el Saltillo. El 25 de junio de 1966, con el Puebla, Ayón propinó un juego sin hit ni carrera al Jalisco, repitiendo la hazaña con el Saltillo, el 30 de junio de 1972, contra el Monterrey, considerado un juego perfecto de siete entradas.
En tres ocasiones, 1964, 1967 y 1972 terminó con el mejor promedio en ganados y perdidos. Está entre los mejores lanzadores en la Liga Mexicana, con 2 017 innings lanzados, 169 ganados, 98 perdidos, 942 ponches propinados y promedio de carreras limpias de 3,15.
Después del triunfo revolucionario de 1959, se incorporó como entrenador y director a las Series Nacionales de Béisbol destacándose al frente de varios conjuntos de la capital, esencialmente Industriales, sin coronarse campeón. Allí dejó muchas de sus enseñanzas.
En 1964-1965 trabajó en la Liga de Nicaragua con el Oriental. En 1997 fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano, con sede en la ciudad de Monterrey.
A su regreso al país, vivió definitivamente en La Habana. Entonces se convirtió en un extraordinario y ejemplar miembro de la Peña Martín Dihigo, junto a Ismael Sené, Yasel Porto y tantos otros entendidos, capitaneados por el incansable Daimir Díaz Matos. Recorrió una buena parte del país y entregó todas sus experiencias a los jóvenes, con entusiasmo y férrea voluntad.
En más de una ocasión lo invité para dedicarle nuestra Peña Deporte y Cultura, del “Centro Hermanos Loynaz” de Pinar del Río, por donde han pasado figuras extraordinarias del béisbol y otros deportes. Nos pusimos de acuerdo, pero apareció la maldita Covid-19 y decidimos prolongar el encuentro. Hubiese querido observarlo, con sus experiencias ante los lanzadores estelares de Vueltabajo. La vida no lo permitió.
Jesús, su hermano mayor, también derecho, nació en 1934 y se desempeñó como jugador de posición. No aparece registrado en el béisbol de la Isla. Estuvo en las Ligas Menores de Estados Unidos y México, desde 1954 hasta 1960. En el norte actuó en dos temporadas, las de 1954 y 1955, con el West Palm Beach, Duluth y High Point-Thomasville. Allí alcanzó un balance de 9-11 (.450), con efectividad de 4,57.
En México estuvo como jugador e integró el Poza Rica en 1959 y 1960. Su total al bate en ambas ligas: en 100 desafíos y 93 veces al bate, registró 16 hits para promedio de .172, con 2 triples.
(Con documentación de Enciclopedia Biográfica del Béisbol Cubano (Tomo III), Jesús Alberto Rubio, Andrés Ayón, Carlos Castillo, Jaime Cervantes, Guías del Béisbol Mexicano, Guías de las Series Nacionales de Béisbol, Adonhay Villaverde Blanco, Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, Baseball-Reference.com, Yasel Porto Gómez, Ismael Sené, Daimir Díaz Matos, y otras fuentes).