“Los verdaderos héroes son mi niño Darían Daniel y mi esposa Arianna”.
Mucho amor y respeto encierran las palabras del joven Yarián Hernández Díaz, quien cumple misión internacionalista desde el mes de enero de 2018 en Guinea Ecuatorial, y confiesa que todo el protagonismo lo tiene su familia en Cuba.
Allí, en la provincia Wle-Nzas, distrito Mongomo, es parte de la Brigada Educativa Cubana, quienes forman el proyecto Canige (Comité de Apoyo al Niño Ecuatoguineano), integrado por 15 profesores.
Yarián es instructor de arte, en la especialidad de Artes Plásticas, graduado en el año 2004. En Cuba se desempeñaba como metodólogo en la Dirección Provincial de Educación, y en la misión trabaja en una escuela de formación católica.
UN DÍA DE TRABAJO
“Mi día aquí es como otro cualquiera, aparte de dar clase tengo la responsabilidad de transportar al resto de los profesores que trabajan en otro centro.
“Comienzo en el colegio a las 7.45 de la mañana, con los buenos días, donde se les habla a los estudiantes sobre los valores. Ayer me tocó a mí hablar sobre el respeto a Dios, algo difícil ya que no soy católico, pero las hermanas salecianas se acercaron a mí y me felicitaron.
Este joven de 35 años imparte la asignatura de Artes Plásticas en la enseñanza Primaria, además de embellecer el centro.
“Igualmente doy un taller de creación plástica para las niñas internas, los viernes en la tarde, porque aquí se trabaja solo la mañana, es decir de 7.45 hasta la 1.00 de la tarde”.
Asimismo contribuye en las misas y celebraciones de santos con la creación de pancartas y carteles.
“Aquí también realizamos matutinos, preparaciones políticas y metodológicas. El 25 de noviembre nos reunimos para recordar al Comandante en Jefe en el cuarto aniversario de su desaparición física”.
Yarián nos explica que ha participado en los eventos científicos con el Cuaderno de actividades de Artes Plásticas para los alumnos de cuarto grado del colegio María Mbasogo, lo cual nos confirma que los jóvenes cubanos llevan consigo la investigación al sitio en que estén.
LE GUSTA TRABAJAR CON LOS NIÑOS
A este educador avileño, que vive en Pinar del Río desde el año 2011, le encanta trabajar para los más pequeños.
“Decirte que extraño mucho mucho a los niños en Cuba principalmente a mi hijo, que cuando salí tenía dos años y ya cumplió cinco.
“Sí, en Cuba también trabajo como payaso o animador de fiesta, como se dice. Mi personaje es Kanillita.
“Me gusta hacer reír a los niños, yo siempre utilizo un eslogan publicitario que dice que la risa es la mejor medicina. ¡Ya llegó, ya está aquí el payaso que te saca una sonrisita, ese soy yo, el payaso Kanillita!
“Lo que más me gusta de mis actuaciones es ver que lo disfrutan también los padres”.
ENTRE LAS EXPERIENCIAS Y EL ORGULLO DE SER MAESTRO
“Aquí he vivido una experiencia que jamás voy a olvidar: he perdido a alumnos, que los he visto hoy y ya al otro día no están, mueren. Cosas que no quiero contar por esta vía.
“Anécdotas son muchas, pero la que más me marcó fue la muerte de un estudiante que siempre estaba apegado a nosotros, y a mí en particular; murió por una enfermedad. Él siempre dijo que su sueño era ir a estudiar a Cuba.
“Solo decir que estos niños reconocen el trabajo, no solo el mío, sino el de todos los profesores cubanos que estamos aquí.
“Cuando salgo en el micro a llevar a la brigada te ven y te llaman: ¡profe! Le comentan a sus mamás: ¡Mira, ese es mi profesor de plástica! Eso a mí me da más fuerza para continuar esta hermosa labor que es educar”.