De ventas y reventas estamos hasta el último pelo. Acaso porque es difícil ver que en las poquísimas tiendas que expenden productos en moneda nacional apenas uno encuentra lo que necesita y, sobre todo, porque quizás cuando exista “algo” no le toque a tu “rango”.
Mas todos sabemos la situación del país, las complejidades de la crisis a todos los niveles y los desatinos de una inflación que parece no tener fin, cuando el cambio de divisas en el mercado informal marca el ritmo de los precios cada día.
Sin embargo, resulta extremadamente difícil entender que, en las redes, ese mercado virtual que es más eficiente que el real, con transporte incluido, domicilio, embalaje, fechas, facilidades de cambio y trueque, y en el que puedes pagar en cualquier moneda, incluso desde el exterior, uno pueda encontrar desde-hasta.
Y cuando digo desde-hasta, me refiero a todo lo que pueda pasar por tu mente o por tus necesidades. Dígase desde un pomo de aceite hasta una caja de pollo, desde un tubo de picadillo mixto condimentado hasta un frasco de colonia, desde un desodorante hasta un paquete de salchicha.
Ojo, no he hablado aquí de lo que se importa, de lo que se compra en el exterior y se vende en Cuba, porque en definitiva no son productos que se elaboren acá y muchas veces muy bien que nos viene que exista esa oferta. De no ser por ella sería imposible acceder a alguna que otra muda de ropa, chancletas de baño, tenis, juguetes y hasta aseo.
El interés marcado está en precisar que en el mercado informal se comercializa ante todos y al por mayor, aquellos productos que escasean en la red minorista. Aparecen nombres, falsos algunos verdaderos otros, con un número celular para contactar y hacer el encargo, y no pasa nada. Absolutamente nada. Total impunidad.
Entonces la caja de pollo cuesta entre 4 200 y 4 000 pesos, el aceite entre 600 y 800 y el picadillo 150 o 200, como si alguien aquí tuviera una industria particular.
Sé que muchos dirán, “y gracias que hay esa oferta, al menos para el que tenga dinero y pueda acceder a ella”, porque es muy cierto que todos hemos tenido que acudir a ese mercado negro alguna vez, porque muy poco se entiende de legalidad cuando el congelador empieza a vaciarse y bajo tu responsabilidad hay niños y ancianos que alimentar.
La cuestión está no en arremeter contra quienes comercializan estos productos, porque por lo general son el último eslabón en una cadena en la que ni siquiera conocen dónde está su cabecilla, sino en buscar la raíz del problema, agudizado por el desabastecimiento y reconocer que hay un nivel de corrupción.
Hagamos un ejercicio y supongamos que nadie robó ese pollo, aceite o picadillo de alguna parte. Supongamos que lo adquirió por alguna vía de forma legal. ¿Acaso puede revenderlo a precios astronómicos? ¿No se llama eso especulación? ¿Te dan la posibilidad de comprarlo para que funciones como intermediario en un negocio en el que último es el que peor sale?
Definitivamente la lógica indica que no. Y en las redes hoy se hace un mercadeo espectacular en el que uno encuentra hasta medicamentos, otro tema en el que hay más tela por dónde cortar.
El resultado es uno solo. Hay mucha gente que en medio de esta situación difícil que atraviesa el país, se está haciendo rica sin mover un dedo, sin sudar, sin trabajar, porque de una mano para la otra las ganancias son de miles. Esos miles que el que vive de su trabajo suelta también de una mano para la otra con tal de tener qué llevar a la mesa.
A esos la cuenta no les da. Hacen un ejercicio matemático que no es de bodeguero. Suman, restan y multiplican y el resultado es el mismo. Comida no es lo único que se requiere, así que la lista es larga y no siempre se puede discriminar. Saben que en ese mercado que está a la vista, no al alcance de todos, está cualquier cosa que puedas necesitar.
Muy atinado su comentario desde mi punto de vista solo faltó preguntar dónde están los mecanismos que supuestamente deben funcional (y digo funcional , no existir, por estos existen) para proteger a la población de las garras de estos inescrupolozos. Seguimos escudandonos en el cambio climático, la pandemia del COVID y no puede faltar el bloqueo todo esto es real y es cierto ¿Pero que vamos a hacer? Pero también es cierto que en las redes todos estos productos nacionales existen en grandes cantidades entonces vuelvo a preguntar ¿Que vamos a hacer? El pueblo lo único que puede hacer es convertiste en parte de este delito y comprar y convertiste en receptador o morir de hambre y necesidad. Aunque para ello tenga que buscar el dinero por cualquier vía. ¿Realmente somos un país de derecho? ¿Realmente somos un país de bien? ¿Realmente esto es lo que queremos para nuestros hijos y nietos?
CÓMO SE EXPLICA QUE UNA CAJA DE CIGARROS, SABEMOS QUE MATA PERO BUENO, LE PONGAN EL PRECIO QUE LES DÉ LA GANA EN ESOS MOSTRADORES QUE ESTÁN DE FORMA OFICIAL POR TODA LA CIUDAD…..300 PESOS, NO SÉ…..CUÁNDO EL ESTADO QUE FABRICA ESOS CIGARROS LE SUBIÓ EL PRECIO A LOS MISMOS ??????…. PARA QUE HAYAN PASADO DE 80 Ó 90 PESOS A 300…REALMENTE ES UNA FALTA DE RESPETO FLAGRANTE AL TRABAJADOR…..QUIÉN PUEDE DETENER ÉSO.????…ESTÁ A LA VISTA …Y LOS INSPECTORES QUÉ HACEN….PORQUÉ NO SE LE DECOMISA TODA LA MERCANCÍA POR EXPOLIAR AL PUEBLO DE ESA FORMA..?????