En un momento en el que abaratar costos de producciones en el sector de la construcción y la utilización de elementos de corte artesanal constan entre los principales llamados de las máximas autoridades del país, varios son los hombres y proyectos que se erigen y muestran resultados.
Lograr el aprovechamiento de los recursos y materias primas locales en beneficio de la comunidad es una de las premisas principales y altamente necesarias cuando se habla de sostenibilidad y futuro.
En este sentido, aportar al programa de construcción de viviendas, y con una calidad envidiable, es uno de los preceptos vitales de Armando Martínez Rodríguez.
“EL RUSO”
Quizás nadie conozca su nombre real (ni siquiera parte de su familia), solo su apodo que viene desde la infancia en el cunero de maternidad según nos contó.
Sin embargo, las producciones del “Ruso” como todos lo conocen son de obligatoria referencia cuando se habla del barro; tanto así al punto de recibir elogios por parte de las máximas autoridades en la isla.
De poco hablar, comenta que empezó tratando de hacer su propio camino, siempre buscando la manera de ser útil a la sociedad y de generar ingresos para su familia y para el país.
Los inicios fueron difíciles, asegura, pues solo contaba con par de máquinas artesanales y el proceso era completamente manual por aquel tiempo.
Mientras, en esos duros inicios las autoridades gubernamentales del patio le solicitaban que creciera e incrementara sus producciones. Gracias a este impulso y a su voluntad nació el tejar que todos conocen, visitan y admiran hoy día.
TEJAR ADENTRO
Dentro del taller es fácil ver la limpieza y la organización con la que se trabaja, a pesar de la suciedad propia que acarrea el manejo del barro. La mayor evidencia está en las maquinarias que se utilizan a diario.
Algo extraordinario es la extrusora, la cual tiene poco más de 100 años de explotación y todavía rinde.
“Es vieja pero rinde al máximo cuando se le exige. Por supuesto, se ha reparada en varias ocasiones y no ha estado exenta de innovaciones y arreglos propios de especialistas. Al momento de la recogida estaba herrumbrosa y enterrada en un pastizal, a la espera de la carga por parte de la empresa de Materias Primas.
“Muchas de sus partes estaban incluso corroídas por el óxido. Pero rápidamente hice las gestiones correspondientes para la adquisición de la misma y de los arreglos pertinentes y, ya ves, gran parte de la calidad de mis producciones se la debo a ella”.
Según narra, sus pasos iniciales fueron así, reparando herramientas y máquinas viejas, al tiempo que creaba otras de factura artesanal para la confección de sus primeros ladrillos.
Ahora, confiesa, es que se cree con derecho de decir que fabrica ladrillos de calidad, pues el tiempo y la experiencia lo hacen merecedor de cierta cultura sobre el tema.
En este taller se confeccionan ladrillos de varios tipos, principalmente de tres y dos huecos; además se fabrican rasillas, losas de patio, enchapes de pared para la humedad y tejas criollas.
“Lo que no fabricamos hasta ahora, lo podemos hacer más adelante si nos lo proponemos. Lo digo porque todo es ponerse y ejecutarlo. La voluntad es lo que tienen que existir. Nosotros tenemos el conocimiento para hacer todos los productos que se puedan fabricar con el barro, y en ese camino andamos”.
CALIDAD, NO CANTIDAD
De acuerdo con los propios trabajadores del lugar, nunca ha sido posible medir el pico máximo de una producción por jornada de trabajo, pues son varios los factores que influyen, entre ellos la humedad relativa, el proceso de secado, las inclemencias del tiempo y hasta el uso de diferentes combustibles.
Lo que sí es cierto es que en condiciones ideales se pudieran fabricar hasta 100 ladrillos diarios, cifra esta posible de asumir, pues existen las capacidades de secado y horneado para ello.
“La calidad de mis producciones comienza desde la propia extracción del barro. El secreto de esta rama es el añejamiento del mismo. Una vez extraído del yacimiento, debe estar madurado en reposo y seco por un año o más.
“La otra parte viene con el encadenamiento productivo y los propios procesos de maquinado y procesado. Ya aquí interviene la mano del hombre”.
El “Ruso” asegura que su taller ha sido una especie de escuela, pues todos los días aprende algo nuevo al intercambiar con especialistas de la industria y leer nuevos artículos sobre el tema.
La calidad, afirma, se logra haciendo las cosas bien y siempre escuchando a los que saben.
Por supuesto, algo importante en esto, es la propia curiosidad de querer que cada producto tenga una calidad óptima. Por ello este incesante emprendedor estudia todos los días y lee cuanto trabajo, artículo o investigación se publique sobre barro y su respectiva manufacturación.
“He hablado con especialistas e industrias y me han comentado que en una producción a gran escala un 10 por ciento de pérdidas es considerado normal. En mi caso, para serte sincero, si existiese aquí tal por ciento de merma yo no durmiera. No critico a nadie y cada cual tiene sus métodos y su librito; pero confiadamente puedo decir que hoy en este tejar las pérdidas rondan el tres por ciento. Y aun así no me conformo”.
FUTURO A MEDIO TIEMPO
Con grandes ideas para el futuro de su taller, el “Ruso” estudia y evalúa la quema de los hornos sobre la base del fuel. Según explica, varias han sido las pruebas realizadas hasta el momento en busca de lograr el punto exacto de calentado y la optimización del triángulo de fuego.
“Esto es una comunidad y el taller está rodeado de casas. La meta consiste con esta proyección en emitir la mínima cantidad de carbono a la atmósfera. Es también un tema de respeto al medio ambiente y a los propios vecinos”.
Según las proyecciones, la intención venidera reside en confeccionar tuberías sanitarias de barro, un renglón altamente necesario para la industria nacional y para la propia población.
También, como parte de las nuevas medidas de flexibilización para los trabajadores por cuenta propia, se gestiona la documentación para incursionar en el mundo de las mipymes.
“Tenemos intención de una vez tener toda la documentación y el proyecto aprobado, pues buscar nuevos horizontes en cuanto a la diversificación de maquinarias, producciones y destinos. El objetivo es encontrarle solución a las trabas diarias que desaceleran nuestro ritmo productivo y aportar mejores y mayores renglones tanto al comercio nacional, como al internacional, ¿por qué no?, y, por supuesto, a la población que tanto lo necesita”.