Concluyó la IX Cumbre de las Américas con muchas sombras, y su resultado más valioso es una publicitaria foto de familia en la que faltan muchos miembros. El cambio climático y la situación migratoria en la región centraron las intervenciones de los jefes de Estado presentes en la sesión plenaria del cónclave.
Sin embargo, como explicó el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, la Declaración Hemisférica sobre Migración y Protección de Migrantes impuesta en la IX Cumbre por Estados Unidos es muestra de su visión racista, xenófoba y expoliadora de los migrantes. No atiende en modo alguno las causas reales de la migración.
Según escribió el Canciller en Twitter, «será imposible obtener resultados concretos en la gestión de los flujos migratorios irregulares si no se materializan el diálogo y la colaboración genuina entre todos los gobiernos implicados, para dar respuesta a un problema de naturaleza global».
La Declaración Hemisférica sobre Migración y Protección de Migrantes impuesta en #IXCumbre por EEUU es muestra de su visión racista, xenófoba y expoliadora de los migrantes. No atiende en modo alguno las causas reales de la migración.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) June 10, 2022
1/2#CumbreSinExclusiones
Otro asunto que se volvió recurrente en las presentaciones fue la condena a la exclusión.
Las naciones del Caribe, aunque pequeñas geográficamente, hicieron sonar alto su voz. «Lamento que las invitaciones no hayan sido enviadas a todos los jefes de Estado», expresó el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne.
En cuanto al cerco económico contra Cuba, denunció que se trata de una barrera para nuestro país y el hemisferio, por lo que debe terminar de inmediato.
La primera ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, enfatizó en que «no está bien que Cuba, Nicaragua y Venezuela no estén. Estamos en desacuerdo. La participación debe ser plena porque lo importante son las personas, no las ideologías», denunció.
El primer ministro de las Bahamas, Philip Davis, agradeció al personal médico cubano que llegó a su país para rescatarlos. Respecto a las ausencias en la Cumbre, apuntó que «es fácil hablar con las personas con las que estamos de acuerdo, pero debemos saber dialogar con aquellos que no estamos de acuerdo. Estas son las conversaciones que necesitamos con mayor urgencia».
«El bloqueo contra nuestros vecinos cubanos es el más largo de la historia, y aporta directamente a una migración irregular que afecta enormemente a mi país. Las restricciones en 2017 significaron una medida drástica en esta migración irregular», denunció.
El primer ministro de Trinidad y Tobago, doctor Keith Rowley, expresó que como miembro orgulloso de la Comunidad del Caribe, espera que se trate con respeto a Cuba y a Venezuela. «El camino de las sanciones y la exclusión no ha sido eficaz en el pasado y no nos ha acercado más al objetivo de las Américas más equitativa para los ciudadanos comunes y corrientes, vivan donde vivan», manifestó.
Andrew Holness, primer ministro de Jamaica lamentó que la Cumbre de las Américas no contara con la participación de todos los países.
Ese pesar fue compartido por el primer ministro de Santa Lucía, Philip J. Pierre, quien apuntó que «las Américas solo pueden salir de esta crisis si estamos juntos», y recalcó que «la Cumbre ha quedado manchada por la exclusión».
Alertó sobre la necesidad de ponerle fin al sufrimiento económico de algunos países, como es el caso del bloqueo que sufre Cuba y las medidas unilaterales contra Venezuela. «Quien sufre es el pueblo», insistió.
El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, enfatizó en la difícil situación migratoria de la región, y su homólogo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, destacó que es este un momento decisivo para tomar acción. El primer ministro de Haití, Ariel Henry, exhortó a crear un compromiso entre los asistentes para que los planteamientos no se queden solo en palabras.
Gabriel Boric, el presidente de Chile y el más joven que participa en esta Cumbre, habló directamente al presidente Joe Biden, y dijo que tiene la más profunda convicción de que para que esto funcione de verdad no puede haber exclusiones. «Debiéramos estar todos, y no lo estamos», enunció.
«No me gusta la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sería distinto sostener un foro como este, con todos los países presentes, incluso aquellos que decidieron restarse por esta exclusión», denunció. Argumentando que la exclusión solo fomenta el aislamiento y no da resultados, resaltó «la importancia moral y práctica de terminar, de una vez por todas, con el injusto e inaceptable bloqueo de Estados Unidos al pueblo de Cuba».
Desde América del Sur, Mohamed Irfaan Ali, presidente de Guyana, invocó «una responsabilidad colectiva, sea donde fuere que nos encontremos en este hemisferio, Cuba, Nicaragua y Venezuela».
Igualmente, el presidente de Surinam, Chan Santokhi, lamentó que algunos pueblos hermanos no estuvieran presentes en la Cumbre, y llamó a emprender un diálogo significativo de consistencia y cooperación.
Rogelio Mayta Mayta, canciller de Bolivia, condenó que, con la ausencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua, se pierde la oportunidad de discutir y entendernos. En nombre de su país demandó respeto y reclamó el principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados. Además, excusó al mandatario de su país, Luis Arce, que no asistió porque no estaban todos los países.
Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, centró su intervención en la necesidad de formar un sólido bloque económico en el continente; su par peruano, Pedro Castillo, llamó a enfrentar las dificultades actuales de la producción agrícola; y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, destacó la necesidad de seguir colaborando.
Con el mismo guion volvió el secretario general de la OEA, Luis Almagro, atacando los procesos políticos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. También se sumaron a esa cuerda los presidentes de Colombia y Brasil, Iván Duque y Jair Bolsonaro, respectivamente, con discursos proimperialistas.