Hay personas que tienen un carisma especial para tratar con los demás, y que de solo conversar con ellas nos alegran el día; pero hay otras que a esa virtud le unen la de hacer el bien, la de sanar y la de mostrar siempre de forma incondicional el amor por los seres humanos. Con una de esas últimas, la doctora Caridad Pérez Martínez, especialista en ginecología y obstetricia, conversó Guerrillero en este fin de año.
Su “recinto” es en uno de los departamentos de ultrasonografía del Centro Provincial de Genética. Allí la encuentran embarazadas y todos los pacientes que necesitan de sus conocimientos para recibir un diagnóstico con certeza.
Por años su rostro ha acompañado sobre todo a las pinareñas y somos testigos de que nunca la han encontrado con carácter serio, una mala cara o una palabra inadecuada, porque Cary, como todos la conocen, es la personificación de la dulzura.
“He tratado de llevar mi nombre con dignidad, porque Caridad es amor, dedicación, solidaridad, es caridad; mi madre y mi padre me pusieron así y no les puedo fallar”, nos confiesa y hay dolor por las personas queridas que no están y hay, además, compromiso en sus palabras.
Huérfana de madre a los nueve años, nos habla con mucho amor de su padre, quien siempre estuvo con ella hasta los 94 años y de su hermana, quien asumió el cuidado de los hermanos.
“Eso me hizo ser un poco más humilde todavía, porque al no tener a mi mamá uno no protesta por nada, acepta todo como venga, yo veía el sacrificio de mi hermana con nosotros”, argumenta la doctora y hay agradecimiento y mucho amor por su familia.
Desde niña quiso dedicarse a la medicina, nunca tuvo dudas; allí en su reparto Oriente natal, en la ciudad de Pinar del Río, forjó sus primeros deseos profesionales.
“Siempre soñé con ser médico, obstetra, no pensé en ser otra cosa, es una profesión tan bonita, humana, delicada, para mí esa especialidad es mi vida.
“Tal vez para muchos es una rutina, pero ese es el momento más importante de la vida de una madre y del nacimiento de ese hijo que vas a tener”.
UN SUEÑO HECHO REALIDAD
Con tesón en sus estudios se graduó de médico en 1984 y le dieron por vía directa la especialidad que terminó en 1987.
“Desde la graduación trabajé en la maternidad Justo Legón Padilla, ahí hice la residencia, y cuando terminé me dejaron como plaza fija”.
Fue un momento en el que necesitaban médicos que hicieran ultrasonidos y es una de las que se incorpora a la actividad y según nos cuenta como por el año 1989 o 1990 los liberan a tiempo completo para el diagnóstico prenatal, para lo que ella se preparó desde que era médico residente.
“Fuimos a La Habana a pasar un curso con el doctor Oliva. Allí nos categorizaron y desde entonces todos los días han sido de estudio y preparación, dedicándole todo el tiempo, porque esto es algo tan bonito como la obstetricia, pero requiere de mucha constancia y ver a cada paciente con amor y cuidado”.
La doctora Cary lleva alrededor de 30 años en la ultrasonografía, primero radicaban en el “Justo Legón Padilla”, luego en el policlínico de especialidades y después estuvieron en varios lugares, hasta que hace casi 14 años inauguraron el Centro Provincial de Genética Médica.
“Los requerimientos cada día son más, porque el diagnostico prenatal tiene que ver no solo con hacer una correcta definición de malformaciones, sino también con el bienestar fetal. Depende también del ultrasonido la conducta en las embarazadas para un nacimiento feliz, o en caso de que traiga alguna alteración que los médicos estén preparados para recibir un niño con ese problema.
“Ese es el momento de nosotros, de tener cada detalle, de ver a cada paciente como si fuera un familiar de uno, de revisar todo, y tener en cuenta que la embarazada quede conforme, agradecida y que se sienta satisfecha con la persona que la vio.
“Ya estoy viendo embarazadas, que yo recibí, que las vi en la barriga de su mamá y eso pues me llena de orgullo, porque hay una combinación entre la madre y la embarazada.
Comenta que algunas de esas que ahora serán abuelas se asombran de que todavía esté trabajando y ríe con la complacencia que puede otorgar toda una vida dedicada a esta profesión.
A la formación de nuevos profesionales, también ha aportado, porque desde su consulta ha enseñado y explicado a todos los que han pasado durante años por allí.
Por su trayectoria y su dedicación recibió las medallas Piti Fajardo y la Jesús Menéndez.
NUEVA TECNOLOGÍA
Al frente de un equipo moderno, fruto de una donación de un proyecto japonés y que garantiza más la calidad del trabajo, nos dijo: “Se diagnostica lo que es diagnosticable, porque los fetos tienen sus características y hay cosas que no se pueden ver intraútero.
“Por lo menos en el corazón, cuando el feto nace, y hay un recién nacido, cambia la circulación y hay elementos que se tienen que cerrar y si no lo hacen son ligeras cardiopatías. Sí debemos diagnosticar las complejas, siempre y cuando sean visibles.
“Debemos diagnosticar lo incompatible, que afecte la calidad de vida. Hay problemas con los que nace un niño y que se le aplican conductas y mejora su calidad de vida, pero no afecta la mortalidad, porque nosotros indirectamente tenemos que ver con este indicador. Depende del diagnóstico prenatal muchas causas para que el feto cuando nazca no muera.
“Somos un equipo de trabajo a nivel provincial, o sea que hay una vinculación con el médico de la familia y las consultas preconcepcionales, donde los médicos deciden, por ejemplo, que una paciente con una cardiopatía que está en edad reproductiva debe venir a Genética para ver qué condiciones presenta para tener un embarazo.
“En los municipios se encuentran los médicos que son asesores genéticos, y de ahí los casos que vean con algún problema los remiten con nosotros que somos del Centro de Referencia Provincial, y aquí confirmamos si es un caso complejo, de un diagnóstico difícil que puede haber, porque en medicina se ve todo.
“Tenemos un Centro Nacional que ahí enviamos a las pacientes para confirmar, además del Cardiocentro al que remitimos las cardiopatías complejas, o sea que esto es una combinación que no falla, por eso las embarazadas se sienten satisfechas. En Genética todo está indicado, preparado y escrito”.
Cuando el diagnóstico no es bueno constituye un momento triste para pacientes y médicos…
“Al final para la paciente es muy triste, sin embargo ellas vienen preparadas porque ya saben lo que es diagnóstico prenatal, y cuando ven que todo está bien, qué bueno; pero cuando hay algo que uno tiene que darle la mala noticia… al final lo agradecen, porque no quieren que su niño tenga problemas.
“Entonces agradable es todo, porque poder hacer un buen diagnóstico a pesar de que sea malo para los pacientes, para uno es satisfactorio, porque uno dice ‘qué bueno que lo vi’; porque somos una combinación: nosotros hacemos los ultrasonidos, pero los genetistas son los que dan el asesoramiento y dicen lo que hay que hacer, porque hay muchas malformaciones que no se interrumpen, sino que se llama al médico especialista y cuando el niño nace ya está el doctor ahí”.
LO MÁS PRECIADO
Entre los pacientes y su familia transita lo más preciado para Cary, por eso nos confiesa su dedicación como hija, esposa, madre, abuela…
“Todo el tiempo siempre se lo dedicado a ellos, a mi papi, a mi hija (Madeín Silva Pérez), a mis nietos (Wilian y Thiago), por eso no cumplí misión, porque no concibo irme lejos, me he dedicado en alma y corazón a ellos y a mi profesión que me encanta.
“Lo he logrado todo, y a pesar de que estoy en edad de retiro todavía estoy presente, con la ayuda de Pedri (Pedro Silva), que ha estado conmigo siempre, mi compañero, mi mano derecha, mi primer amor que aún lo conservo, y en eso le doy gracias a Dios. En general agradezco a mi familia porque me han apoyado.
“No hay mayor felicidad para mí que la paciente se levante y me diga: ‘Doctora gracias’. Ese momento es especial, lo menos que me gusta es que expresen: ‘Usted es tremenda, nunca se equivoca en el sexo’, entonces yo les digo: ‘¿Por qué no me dicen, usted no se equivoca haciendo ultrasonidos?’ Eso es lo importante, no el sexo.
“Cada paciente que se acuesta yo lo disfruto, porque los fetos intraúteros son bellos, lo que hacen es increíble”, nos confiesa.
El amor de los pacientes hacia Cary es recíproco, por eso en días pasados en una publicación en Facebook por el Día de la Medicina Latinoamericana abundaron los criterios afectivos para ella, como el de la doctora Mayte Cabrera Hernández, que escribió: “Todo dulzura y profesionalidad”.
Entre otros muchos, el artista Liván Labrador Morales expuso: “Qué grata sorpresa encontrar en este intrincado mundo digital a un ángel del sistema de salud pinareño, felicidades, y toda la gratitud de tus pacientes, que te acompañará no solo este día, sino toda la vida, lo que se gana con amor , perdura por siempre… un abrazo infinito… Mis dos hijas fueron vistas por primera vez por usted, eso para mí es lo más grande, aun cuando pueda ser cotidiano para otros… Gracias por tenerla”.
Podríamos llenar muchas líneas de cosas lindas, todas dedicadas a nuestra entrevistada, una mujer bien presumida que se siente orgullosa porque casi al cumplir los 62 años las personas le dicen: “Cary, qué bien tú luces”.
Eres dulzura pura, te quiero muchísimo, Gracias a ti estoy en este mundo, y espero estés para ayudarme a mi a ser mamá.