A la entrada de Pinar del Río, en áreas aledañas a la Universidad, durante varios días se observó un movimiento diferente al acostumbrado. Hubo obreros removiendo tierra, plantando bloques, sembrando plantas… El ambiente constructivo rompió la rutina diaria del llamado Malecón de la más occidental de las provincias.
Poco a poco el lugar cogió forma, y hoy los oriundos de esta ciudad podemos decir con orgullo que vimos nacer la plaza 26 de Julio de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca; una obra escultórica en mármol, que rinde homenaje a la gesta heroica del Moncada, con imágenes del rostro de dos de los pinareños caídos en los ataques a los cuarteles: José Antonio Labrador Díaz y Lázaro Hernández Arroyo.
Según nos explicó José Luis Granda, jefe del departamento Ideológico del Partido Provincial, esta iniciativa “se crea como parte de las actividades conmemorativas del Partido, el Gobierno y el pueblo pinareño, por el aniversario 70 de esta efeméride, y constituirá un lugar para el recuerdo y el homenaje permanente a los héroes que ofrendaron sus vidas por la libertad de la Patria, en ese periodo glorioso de la Revolución Cubana”.
El proyecto estuvo a cargo de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería de Pinar del Río, y el diseño ambiental fue realizado por el doctor arquitecto Reinaldo Uriarte.
La obra escultórica, del artista José Miguel Díaz Pérez (Mayim-B), se realizó en mármol rosa de la provincia, en un bloque único de un metro de ancho por uno de profundidad, con una altura de 2.75 metros.
La pieza fusiona los rostros de ambos mártires con una estrella, y tiene como base una superficie también con esa forma.
En las labores para materializar la obra participaron varios organismos y entidades como la Empresa de Construcción (ATTAI), la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, Cultura, Patrimonio, Codema, la Unión de Historiadores de Cuba, el Consejo Provincial de Artes Plásticas, Comunales, la Asamblea Municipal del Poder Popular de Pinar del Río, el Consejo de la Administración Municipal, Etecsa, la OBE, el Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanístico, entre otros.
A TONO CON LA HISTORIA
Hay orgullo y devoción en las palabras de Juan Carlos Rodríguez, Historiador de la Ciudad, quien nos dijo que existía una deuda histórica del municipio cabecera con el homenaje a los mártires que cayeron en el Moncada, y enfatizó en que en el discurso del 26 de julio de 1976, el Comandante en Jefe señaló y destacó que de Artemisa, de Guanajay y de nuestro territorio partió uno de los contingentes más importantes al asalto del Cuartel Moncada.
“De este municipio son dos de aquellos jóvenes, José Antonio Labrador Díaz, que nació en la carretera de Viñales, de origen campesino, muy pobre, huérfano; y el otro es un joven que proviene del reparto Oriente, Lázaro Hernández Arroyo, que también hizo su vida aquí como obrero. Era empleado de Comercio, con una familia muy apegada a la tradición, al trabajo, a la ética y a los valores cívicos.
“Ese homenaje de alguna manera lo habíamos logrado saldar colocando sus nombres en el Parque de los Mártires, en la primera columna donde está el de Isabel Rubio y el de Antonio Sánchez.
“Había que singularizar de alguna manera y representar a estos mártires, quienes apenas tienen imágenes, solo dos retratos, ya en plena madurez, porque su pobreza y sentido del deber no los llevó a ser hombres muy fotografiados.
“Quisimos buscar un lugar en esta ciudad que le diera la armonía a un homenaje histórico en general, y en el Instituto de Segunda Enseñanza que tiene una tradición revolucionaria que viene de la época colonial por los jóvenes que se fueron a la manigua en el ‘95, de los que partieron con Guiteras y con Mella a la Revolución del ‘30”.
El Historiador de la Ciudad destacó que la plaza está situada en una zona donde hay dos monolitos de piedras con frases martianas; un sitial en el que está el nombre de los 16 combatientes pinareños que participaron en el asalto al Palacio Presidencial en la avenida que lleva por nombre José Martí.
Se ubica al costado de la de la Casa de Altos Estudios, un lugar de alta jerarquía histórica, porque muy cerca de allí le habló Fidel a los pinareños en la inauguración de la senda norte de la Autopista Nacional, y también en las proximidades se levanta el monumento icónico a los hermanos Saíz.
En el entorno del lugar, llegaron los combatientes del Frente Guerrillero el día primero de Enero en la tarde y se establecieron en el Instituto, en el sitio donde hoy se levanta, en el antiguo barrio marginal de la Jia, el Hotel Pinar del Río y un reparto moderno.
“Por lo tanto, hay un contexto de transformación socioeconómica para ubicar un monumento, un sitial en el que se situó a estos dos mártires con una visualidad para todos los jóvenes que quieran día a día rendirles tributo a los mártires de la Patria”.
A PURO CINCEL
Aun cuando la obra no estaba concluida, coincidimos, días antes en el lugar, con el artista de la plástica José Miguel Díaz Pérez (Mayim-B), quien en tiempo record asumió la pieza escultórica.
“Al pensar que los mártires eran de la misma ciudad de Pinar del Río, la idea más lógica fue que el material para trabajar fuera también de la localidad, específicamente de las canteras de la provincia.
“Y estábamos en que si era el crema, o el mármol, o uno que le dicen arena Pinar. Siempre me pareció más justo que todo fuera autóctono.
“Lo otro, que fuera un solo bloque, único, porque fueron dos los caídos en la gesta de la misma ciudad. Esa fue una de las ideas conceptuales más importantes, que estuvieran hermanados, que salieran de la misma piedra.
“El bloque tiene 2.50 metros, pero con la base, la pieza en general alcanza entre 2.75 y 2.80, y tiene una dimensión de envergadura, a la altura de lo que se propone la plaza, que es enaltecer la figura de estos mártires.
“La obra está concebida, desde el punto de vista de realización, con una técnica que viene del realismo socialista, que en el caso de la escultura fue la salvedad dentro del propósito mismo que tenía ese concepto que se manejó en Rusia. La escultura fue el paradigma, a mi juicio, en la manera de concebir los monumentos, a la hora de la realización, de la conformación plástica del cómo realizar y cómo va a quedar la pieza.
“En la pieza se ve el golpe pulidor, a cincel, se ve el trabajo hecho a pura mano. No es el trabajo tampoco del clasicismo ni del romanticismo, y mucho menos del renacimiento. La pieza tiene ese concepto que se maneja que es la forma de hacerlo, y que parece que está dibujada, pintada, en cambio está puramente esculpida en piedra”.
PARA LOS JÓVENES ES UN ORGULLO
El rector de la UPR, el doctor Yorki Mayor Hernández, nos aseguró que para los jóvenes y para los trabajadores de la Casa de Altos Estudios pinareña es un orgullo que se haya erigido la plaza en este lugar, porque constituye un espacio más que les va a servir para el estudio de la Historia, sobre todo de esta gesta que tiene tanta relevancia para los cubanos.
Durante los días de construcción, tanto profesores como estudiantes de la UPR contribuyeron al engalanamiento de las áreas aledañas, motivo por los que los vimos participar en trabajos voluntarios convocados.
“La plaza está en un lugar muy frecuentado por los jóvenes”, nos dijo Yorki,” es el paso de ellos todo el tiempo. Esta obra nos va a quedar como herencia a la Universidad y la vamos a atender y proteger, además de su uso para el trabajo político e ideológico”.