No habían transcurrido 72 horas de la invasión a Cuba, cuando las fuerzas revolucionarias tomaron los últimos prisioneros y derrotaron hace hoy 61 años el ataque a la isla por Playa Girón.
El cañón autopropulsado en el que viajaba el líder histórico Fidel Castro arribó ante el último reducto de mercenarios para completar la victoria frente a los mil 500 efectivos de la brigada 2506, financiada por Estados Unidos.
Según investigaciones históricas, fracasaba así la denominada Operación Pluto heredada por el presidente Jonh F. Kennedy de la administración de Dwight Eisenhower y ocurría la primera gran derrota militar del imperialismo norteño en América.
Unos mil 200 prisioneros de Playa Girón fueron acusados de traición a la Patria, enjuiciados y luego de un tiempo en la cárcel comenzaron los intercambios para devolverlos a Estados Unidos a cambio de una indemnización.
«Lo increíble es que el abogado que negoció conmigo la CIA lo trató de utilizar para que me trajera de regalo un traje de buzo que venía impregnado de hongos y bacterias suficientes para matarme», dijo Fidel Castro en una entrevista al periodista Ignacio Ramonet.
El líder histórico se refería a James Donovan, quien viajó por primera vez a la isla en agosto de 1962 y con quien se llegó a un acuerdo para recibir una indemnización de unos 52 millones de dólares en alimentos y medicinas a cambio de los invasores.
Algunos miembros de esa brigada de asalto 2506 siguen vivos, participaron en otras acciones agresivas contra su país de origen, apoyaron al presidente Donald Trump (2017-2021) en su guerra económica de asfixia a la isla y 61 años después, aún esperan la caída del gobierno revolucionario.
El 24 de abril de 1961 el mandatario estadounidense reconoció la implicación de su gobierno en los hechos y a partir de entonces Washington diseñó nuevas estrategias para terminar con la joven Revolución a 90 millas.
El 30 de noviembre de 1961 el presidente norteamericano aprobó la Operación Mangosta, el plan subversivo más grande orquestado contra Cuba, responsable de unas cinco mil acciones de sabotaje y actos terroristas en la isla en menos de 10 meses.
Las sucesivas administraciones de Estados Unidos continuaron con el mismo objetivo, codificaron legalmente el bloqueo a la nación caribeña con la Ley Helms-Burton (1996) y según el sitio Cuba Money Project, en las últimas tres décadas destinaron más de 261 millones de dólares a la subversión.