Encontrar y dedicar la vida a algo que nos apasione no siempre es tarea fácil. Muchas veces tal regocijo llega tarde a nuestro andar por este mundo, y lamentamos no haberlo encontrado antes.
José Alejandro Puerta Travieso no tuvo que buscar mucho. Este incesante trabajador consolareño descubrió desde joven que su vocación era ser educador.
No en balde este profesor de Educación Física fue seleccionado como el mejor de su rama el pasado año, galardón que entre otros exhibe hoy con orgullo.
Guerrillero conversó con él para conocer un poco más de su criterio sobre esta importante labor de formar nuevas generaciones.
“Soy profesor y siempre lo he sido. Eso fue lo que quise ejercer desde niño. En mi época de estudiante, mis padres aspiraban a una profesión de mayor reconocimiento social como la medicina, pero me mantuve siempre firme.
“Hasta hoy no ha existido un solo día en que me levante de la cama y piense que me equivoqué. Puedo decir a pulmón abierto que tengo el privilegio de unos pocos: el de disfrutar a plenitud lo que hago diariamente”.
¿Cuáles son los valores esenciales que a juicio de José Alejandro no deben faltar en un educador?
“Cada persona tiene su librito, como dicen por ahí, pero a mi entender en esta rama pedagógica no debe faltar el amor al deporte sea cual sea. El profesor tiene obligatoriamente que reinventarse cada día y motivar e inspirar a sus estudiantes. Ser guía y ejemplo.
“La superación constante es otro de los aspectos esenciales. Nuestra profesión como muchas otras requiere conocer y estudiar las nuevas tendencias y tecnologías. La pedagogía es un ente activo y se actualiza todos los días.
“Debe distinguir a un educador cubano sobre otros la pasión con que trabaja. La devoción, abnegación y entereza. Quien no comprenda estos conceptos, nunca llegará al pináculo de la enseñanza”.
Sientes alguna satisfacción especial al ver a tus estudiantes a punto de culminar sus estudios.
“Creo que mi mayor meta en todos estos años siempre ha sido la de verlos absorber y poner en práctica todos los conocimientos que humildemente les imparto. Además, formarlos desde la base de la moral revolucionaria, modelar sus ideologías políticas y convertirlos en hombres de bien también me place.
“Algo importante es que ellos me tengan como un padre y que confíen en mí no solo en el ámbito profesional, sino también personal. Verlos crecer y enfrentar los retos que nos impone la vida cotidiana de forma decorosa no tiene comparación.
“No obstante, es entonces cuando alguno de mis educandos muestra de forma intuitiva, casi innata los conocimientos impartidos, así como los hábitos, habilidades y modos de actuación que le hemos inculcado, cuando nos sentimos satisfechos y nuestra labor ha acabado con éxito. No es solo la preparación física lo que cuenta”.
¿Qué guardas de todo este tiempo en la profesión?
“Imagina, son casi 30 años trabajando de manera ininterrumpida. Pero he tenido la suerte de vivir momentos intensos e importantes. En varias ocasiones se ha reconocido mi trabajo a nivel nacional y provincial con los diplomas, trofeos y certificados pertinentes.
“Pero sin duda, uno de los recuerdos más gratos fue cuando me seleccionaron para fundar el movimiento de Barrio Adentro en la hermana Venezuela.
“Cuando llegamos nos chocó el contraste de nuestra realidad con la de ese país. Tuvimos que adaptarnos a otro ambiente, y por ende ajustar nuestros métodos de trabajo. Las posibilidades que tienen hoy todos nuestros niños y jóvenes de acceso al deporte y a la cultura física de forma general no son así en ningún país del mundo, y muchas veces damos este aspecto por sentado.
“Por supuesto haber sido seleccionado como el mejor profesor de Educación Física durante el 2020 es para mí uno de los escaños más altos alcanzados. Me halaga que se reconozca que tanto yo como mis compañeros trabajamos muy duro durante el pasado año pese a las condiciones que impuso y impone la COVID-19.
“Este es un mérito que pertenece también a mis compañeros, pues sin ellos hubiera sido imposible obtener el galardón.
“Por supuesto, esto no es solo otro premio, con él acarreamos la responsabilidad y el compromiso de mantener los estándares logrados hasta la fecha”.
¿Cómo te gustaría que te recordaran tus estudiantes en sus vidas laborales activas?
“Primero como su educador. Como su amigo y su familia. Que me recuerden como un hombre que en un momento determinado les ayudo a encontrar su rumbo, a ser hombres y mujeres de bien.
“Me gustaría que al cruzarnos algún día cuando pasen los años y estén junto a sus familias, me saluden y les digan con respeto y orgullo: ‘ese fue mi profesor’”.