A sus 19 años, Bárbara María Amaro nunca imaginó que su incipiente vida universitaria daría un salto monumental acercándose más a su sueño de ser epidemióloga.
Ella, junto a otros miles de jóvenes estudiantes de Ciencias Médicas, vive por estos días una etapa meritoria de crecimiento profesional y espiritual, con un acucioso enfrentamiento cara a cara a la Covid-19.
Libreta en mano, protegida con su mascarilla y su bata blanca, la joven, quien cursa el primer año de la especialidad de Higiene y Epidemiología en la Facultad Finlay Albarrán, realiza todos los días, desde finales de marzo, el pesquisaje activo, casa por casa, en la búsqueda de síntomas del mal.
Fiebre, tos seca, estornudos, dolor de cabeza, y/o de garganta, secreción nasal, cansancio y dolores en el cuerpo, entre otros signos, pueden aparecer ante la presencia de la Covid-19, por lo cual es esencial la detección temprana de sospechosos y descartar la enfermedad por sus altos niveles de morbilidad y mortalidad, y su fácil transmisión.
El temor al virus es manifiesto, refiere la joven, pero no se amilana su responsabilidad en la búsqueda de posibles contagios, fundamentalmente en adultos mayores, el grupo poblacional más vulnerable ante una pandemia que ha puesto en jaque a todo el planeta.
‘La mayoría de la población agradece nuestro trabajo, sobre todo, los ancianos que viven solos’, dice. También argumenta que ‘ellos se sienten protegidos con nuestras visitas, nos transmiten sus inquietudes, y a la vez servimos como puente para su comunicación con los doctores de los consultorios médicos de la familia’.
Para Idalmis Miranda, médica de familia del municipio Plaza de la Revolución, de la capital cubana, la labor de interrogatorio que realizan los estudiantes día a día posee un valor incalculable pues ayuda a controlar y evitar el contagio.
‘Es una estrategia iniciada desde hace tiempo, utilizada también en el combate a la epidemia de dengue que azota a Cuba cada año, principalmente, en los meses de verano’, indica la galena perteneciente a la policlínica Vedado.
‘Los jóvenes tocan puerta por puerta cada mañana preguntando por la presencia de síntomas, y tienen un registro en el que aparece la cantidad de miembros de cada familia, sus datos personales y edad, con especial atención a las personas mayores de 60 años, los de más riesgos’, explica.
Manifiesta que de reconocer alguna persona con cualquiera de los síntomas, ellos lo informan; nosotros acudimos a los hogares y valoramos los signos que presenta, la situación epidemiológica, si ha tenido contacto con otro paciente enfermo, y determinamos si requiere ingreso inmediato, someterse a la prueba de detección, o se debe mantener bajo observación rigurosa en su residencia, dándole seguimiento.
Como parte del enfrentamiento al coronavirus, Cuba añadió a la pesquisa activa una plataforma virtual que contiene una encuesta epidemiológica a la cual los usuarios pueden acceder a través de la web o de una aplicación para teléfonos móviles de forma gratuita.
Una nueva herramienta en el enfrentamiento epidemiológico al coronavirus que permite identificar en tiempo real personas con alguna sintomatología, posibles portadores de la enfermedad, y alertar a las autoridades de salud.
Para la estudiante Bárbara María constituye un orgullo apoyar a los médicos en esta humanitaria labor, consciente de que con la exploración activa también se ayuda a salvar muchas vidas.