El pasado viernes 10 de julio dio inicio en ocho provincias del país la vacunación para los menores entre 11 y 18 años y esta semana deberán seguir con las provincias restantes.
A mediados de este mes, serán entonces vacunados los niños entre 2 y 10 años de todo el país.
Parece un simple cronograma, pero tras esas fechas palpita un acontecimiento inédito a nivel planetario en el enfrentamiento a la Covid-19. Ningún país del mundo despliega una vacunación masiva a sus menores como lo hace Cuba.
Foto: tomada de misiones.minrex.gob.cu
Y si a ello se agrega que esta inmunización se realiza con vacunas propias, obtenidas en medio de los ventarrones de un bloqueo imperial, cada vez más recrudecido, entonces, se trata de todo una hazaña.
Aunque no ha encontrado repercusión en los grandes monopolios de la información, alguna vez será reconocido este empeño, protagonizado por este país pobre y golpeado por la potencia más poderosa del mundo, pero convencido de que nada puede haber más importante que el respeto a la vida, la dignidad y la soberanía.
Esa verdad acompaña cada instante en que un hombro cubano recibe la salvadora vacuna, y se multiplica ahora en la inmunización también a los menores.
Retos que engrandecen
Aunque Cuba cuenta con experiencia en campañas de vacunación desde 1962, con la Antipolio, “esta, sin lugar a dudas, constituye un reto mayor porque es un mayor número de niños, vamos a vacunar a todos de 2 a 18 años, y ya la población adulta se está vacunando. Esta campaña implica un reto que obligó al sistema de un alto trabajo de organización y de logística que se está llevando a cabo”.
Así comentaba a la televisión nacional la doctora Lena López Ambrón, jefa del Programa de Inmunización del Ministerio de Salud Pública (Minsap), quien, además, mencionó cómo ha sido necesario crear puntos de vacunación, lo mismos para adultos que para niños, en diversos espacios, incluyendo centros escolares, y dichos puntos, como premisa, han sido certificados por cumplir con todos los requisitos y normas para llevar a cabo buenas prácticas de vacunación.
Foto: Rodolfo Blanco Cué.
Ningún detalle ha quedado olvidado. Por eso, la doctora López Ambrón abundó en el caso de los niños alérgicos al tiomersal, precisando que este es un componente de la vacuna que generalmente se utiliza en formulaciones multidosis y se encuentra a muy bajas dosis.
Igual sucede con muchas de las vacunas cubanas que también contienen tiomersal, de ahí que “es muy difícil que un niño cubano no se haya puesto ya una vacuna que contenga tiomersal”.
No obstante, en cuanto a casos puntuales alérgicos a esa sustancia, precisó que no quedaran desprotegidos y, al igual que los adultos alérgicos, quedarán comprendidos en una estrategia de vacunación posterior.
Vacunación responsable y segura
Un llamado de atención muy importante hizo el pasado sábado la doctora Lissette López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría: las familias deben extremar cuidados y prevenciones con los niños menores de dos años, quienes no quedan comprendidos en esta primera campaña de vacunación pediátrica.
Además, insistió en que las familias de los niños que sí se incluyen en esta vacunación, igual no deben bajar la guardia con las medidas de bioseguridad porque “la primera dosis de la vacuna no significa que estén inmunizados”.
En cuanto a los criterios de exclusión, aclaró que los niños de 2 a 18 años que en esta oportunidad no podrán vacunarse son aquellos que se hayan contagiado –convalecientes-, los que tengan patologías crónicas que no estén compensadas, y quienes estén atravesando por un proceso infeccioso activo. No obstante, ningún niño finalmente quedará sin vacunarse, aclaró.
La reconocida especialista aclaró que la vacunación anticovid para edades pediátricas es voluntario; no existe obligatoriedad al respecto.
“El niño cuya familia decida no vacunarlo no tendrá ninguna implicación en la escuela, las aulas cubanas no se cerrarán para ningún niño en edad escolar”, aseguró y a continuación insistió en que se trata de una vacuna que tiene una probada seguridad y eficacia por todos los ensayos realizados, y parte de una plataforma pediátrica que ha demostrado seguridad por décadas.
“Debemos vacunarnos porque tenemos que protegernos, no porque no te dejen entrar a la escuela”, sentenció.
Sobre esta campaña de vacunación, un suceso de gran responsabilidad para salud, educación y familia, la doctora López González comentó que “para nosotros, la implicación en que esta campaña sea un éxito sobrepasa todo límite porque es la manera de devolverles la sonrisa a los niños y que vuelvan a las aulas”.