Cuando en 2008 el huracán Gustav azotó severamente el Valle de Viñales, se acrecentó un fenómeno que atentaba contra los atributos patrimoniales del área. Las intervenciones en el fondo habitacional desplazaban la arquitectura vernácula que por mucho tiempo distinguía la arquitectura local.
El primero de diciembre de 1999, se inscribía el Valle, que desde 1979 ostentaba la categoría de Monumento Nacional, como el primer paisaje cultural en América Latina y el Caribe, y a estos reconocimientos se suma, recientemente, haber sido declarado el primer geoparque cubano.
Nidia Cabrera Huerta, directora de la Oficina del Conservador del Valle de Viñales, refiere que dentro de los atributos por los que Viñales es declarado patrimonio mundial está la arquitectura vernácula, esa que emplea los materiales del entorno, caracterizada en el ámbito urbano por viviendas de ladrillos con cubierta de madera y teja criolla, mientras en lo rural predominaban las paredes de mampostería o de madera y cubiertas de teja criolla o de guano.
“En los últimos tiempos se evidencia la venta de algunas viviendas. Lamentablemente, a algunas de ellas le han transformado la cubierta, la carpintería y se han introducido códigos ajenos a la arquitectura del sitio.
“En el 2008, como respuesta a los estragos del huracán Gustav, la mayoría de las intervenciones que se hicieron a ese patrimonio fueron a nivel de cubierta, sobre todo con la ubicación de planchas de asbesto cemento o de cinc acanalado, en algunos casos rojo y en otros del color que apareciera”, explica.
“Durante todo ese tiempo, desde el 2008 al 2022 en nuestros planes de manejo se trató de recuperar en las casas de tabaco las cubiertas de guano y en las viviendas sustituir esas planchas de cinc o fibra por teja o guano.
“Ninguna de las dos cosas fue lograda, porque evidentemente la teja es un material que casi ha desaparecido. Lamentablemente los ladrillos fueron sustituidos por bloques y la teja por lo que se llamó modernidad, o una falsa modernidad, porque lo cierto es que el cinc y el asbesto se enfrentan muy mal a los eventos climatológicos de fuertes vientos, no como el guano que como dicen los campesinos, lo despeina pero no se lo lleva”, añade.
Con el paso de Ian por Pinar del Río, la mayoría de los perjuicios del fondo habitacional en Viñales, fueron precisamente a estos tipos de techo.
UNA RED QUE APOYA Y CONSTRUYE
“Desde el año 2017, por decisión de Eusebio Leal, fuimos invitados a formar parte de la Red de Oficinas del Historiador y el Conservador de las ciudades patrimoniales de Cuba. Luego, en febrero de 2022, por resolución del Consejo de Ministros, se decidió crear la oficina del Conservador del Valle de Viñales”.
En cuanto pasó el ciclón recibieron varias visitas de la Red que integraban grupos de especialistas y directivos de varias oficinas del país, incluso de Perla Rosales, directora de la Oficina del Historiador de La Habana.
La Red cuenta con ocho escuelas talleres dedicadas a la preparación de jóvenes en oficios de restauración. A partir de esas visitas se decidió enviar al municipio pequeñas brigadas de cada escuela taller dispuestas a trabajar, en lo que hiciera falta, dentro de la zona priorizada para la conservación.
“Aunque con la primera que llegó de Trinidad no pudimos lograr tanto, pues fallaron algunos ajustes, se empezó a trabajar en la vivienda de un anciano que estaba en un centro de evacuación, y se le entregó un módulo de madera al que se le va a poner la cubierta que aparezca.
“También le dieron respuesta al techo de la casa de un padre que vive solo con un niño síndrome de Down. Se le ubicó una cubierta de cinc del recibido por donación. No es lo que quisiéramos, pero en ese momento no había otra cosa”.
Resalta Cabrera Huerta que sucesivamente han continuado arribando al territorio otras brigadas, como la perteneciente a la escuela taller de La Habana que trae una vivienda toda de ladrillo y se hará con bóveda porticada, la cual no lleva acero, usa ladrillo macizo con poca cantidad de cemento y una cubierta en forma de bóveda en la que se emplea la cal y el yeso. Esa casa será entregada a una madre con seis hijos.
El continuo intercambio y apoyo de la Red ha traído consigo que igualmente colaboren en la reparación de una escuela multígrada en la zona de El Cuajaní que perdió su techo, y ya dispusieron la entrega de fibras para su reparación, proceso que ejecuta la escuela taller de Matanzas junto a una brigada de Educación del territorio.
“A partir de una visita del viceministro de la Construcción, acompañado del subdirector técnico de la Vivienda, se dispuso entregar a Viñales, a la zona de máxima prioridad, 10 viviendas con tipología de madera, núcleo rígido y cubierta de guano, con la condición de que fueran hechas por las escuelas talleres de la oficina del conservador.
“Ya hay en el territorio 16 módulos de madera, producidos en las empresas agroforestales de Macurije, La Palma y Minas, pretendemos ubicar al menos cinco en esa zona de El Cuajaní y hacer una secuencia constructiva. Está previsto que sea la Oficina del Conservador de Cienfuegos quien inicie la obra. Ya tenemos identificados a los campesinos que están dispuestos a aceptar esa tipología.
“A la par hemos recibido de todas esas oficinas donativos para niños, también aseo y ropa, que fueron entregados a los trabajadores sociales del municipio, y la intención de la Red es seguir apoyando a Viñales en lo que sea necesario”.
EL RETO DE SALVAGUARDAR EL PATRIMONIO
A veces no basta con la voluntad y la intención de preservar los valores patrimoniales de un sitio. Disímiles factores influyen para que se puedan concretar los esfuerzos.
“Hay una carencia de fuerza técnica y se han perdido las buenas prácticas de cómo ejecutar las cubiertas de teja criolla. En estos momentos encontrar un buen tejador es difícil, además porque la teja no tiene toda la calidad requerida y lleva sus técnicas y normas para ponerse.
“Durante años fue un reclamo la necesidad de incorporar el guano dentro de los programas de la vivienda, no solo por ser uno de los atributos sobre los que se sustenta el valor excepcional universal del Valle, sino por su respuesta efectiva ante los fuertes vientos.
“Planteamos la problemática a la dirección de la Red y obtuvimos una favorable respuesta de la Empresa de Flora y Fauna, en el área protegida de San Ubaldo-Sabanalamar. Ese guano será adquirido a través de la Empresa de Tabaco del municipio, para, en un primer momento, acometer la construcción de nueve casas de tabaco en la zona de mayor impacto visual.
“La tipología que se da en Viñales para ello es de barraca, muy parecida al valentierra del campesino, que además no lleva madera, a no ser un volumen pequeño de cujería. Además, le abarata los costos a los productores de la hoja.
“Hay muchas personas, incluso afectados del 2008, que prefieren casas tipología I. En este momento esa situación es compleja, pues no es un secreto que los elementos para ello están deficitarios.
“Son materiales a los cuales en muchas zonas no debimos haber recurrido. En el mundo hay un retorno a la arquitectura vernácula, que es muy noble para afectar el medio, pues sigue un ciclo lógico, como el guano que sale de la tierra y a ella regresa.
“El bloque, los residuos de las cubiertas de hormigón pasan años para poder degradarse, y esa arquitectura les ha demostrado a ellos mismos, incluso con este huracán, que es preferible el guano. Incluso se aprecia en las personas que desarrollan programas de agroturismo, pues los visitantes vienen buscando vivir una experiencia de ese tipo.
“Sabemos que la situación es devastadora, que hay muchos daños y lo que vamos a aportar es solo un granito de arena, pero para nosotros es sumamente importante, pues recuperamos fondo construido con la tipología que se necesita para mantener el valor excepcional que tiene Viñales como patrimonio mundial”.