Pareciera que el moho azul del tabaco llegó a las esencias de los vegueros de Pinar del Río en la continuación de la 62 Serie Nacional. Casi sin argumentos, como un equipo débil, apagado y falto de iniciativa se muestra en la grama de los estadios. Lo que por años distinguió a los conjuntos de Vueltabajo, hoy no les acompaña.
Juegos sin errores, pitcheo sagaz, ofensiva poderosa y garra, mucha garra, no son los atributos de ahora, completamente diferentes a los vividos en el primer tercio del torneo es la realidad actual. La carretera ha traído su peor momento con resultado adverso de ocho victorias y 20 descalabros.
Cuando solo le resta al equipo tres subseries, o sea, 15 desafíos, no hay otra cuenta matemática que ofrezca una salvación, a no ser la de ganar como mínimo 10 juegos, para llegar a 37. Sin contar que luego podemos aspirar a dos éxitos más, de los tres que tienen suspendidos.
Aunque en el ADN de los locales siempre esté la victoria, ahora más que nunca comienza a preocupar qué no se hizo bien durante la preparación. Mucho tiempo lleva el equipo inmerso en esta mala racha colectiva. Estas alarmas hablan más que todo, de cómo se afrontó la etapa previa a la Serie, o la sostenibilidad de la forma física durante la competencia.
Un bateo por debajo de 270, el pitcheo que sufrió en su visita a los azules de Industriales 4.61, y la defensa de espanto, nada más y nada menos que 82 errores en más de 2 000 lances. Además de otras pifias mentales y corrido de las almohadillas, que no van a los libros, pero sí a la acumulación de carreras, y por ende a las victorias.
Como es sabido ahí están algunas claves, por lo menos las más evidentes. Aunque mucho especulen sobre problemas internos, falta de compromiso y desmotivación. La práctica indica que para salir de estos momentos desfavorables no es posible detenerse. Como los campesinos, se necesita identificar el daño a la hoja, corregir con el fertilizante, y seguir arando y pasando grava sobre lo que afecta al veguerío.
Así hay que hacer aquí. Escuchar al grupo técnico asesor que está en casa, aprender de estas indicaciones metodológicas, no aferrarse a una sola estrategia. Motivar hasta el cansancio, porque si bien es cierto que nos hemos acostumbrado a ganar, a esta selección antes de iniciar la Serie, nadie se atrevía a darla como clasificada, por las muchas ausencias y falta de experiencia competitiva.
De ahí que cambiar al menos la última imagen de un elenco derrotado, sin opciones, tiene que ser el primer objetivo. Convencido estoy que vendrán los análisis, incluso las exclusiones si así fuera necesario, pero un pueblo como el nuestro no puede permitirse que su equipo continúe sin rumbo en la Serie Nacional.
La clasificación sigue más lejos ahora para Pinar del Río, pero continúa dependiendo de ellos, por lo que se hace cada vez más importante explotar al máximo el talento de estos muchachos y exigirle al tope de las posibilidades. Vegueros pende de un fino hilo, pero como en las grandes hazañas, no marchan solos. Ya no importa cuán lejos hay que viajar a Las Tunas, y mucho menos el retorno aquí para jugar en el San Luis ante Holguín y Villa Clara. Ya es historia la humillación frente a un rival histórico como Industriales.
Ahora solo importa pasar la página, enfrentar el juego diario, suplir las bajas evidentes de los que no están desde el box. ¿Que es difícil? Nadie lo duda. Pero ni la desmotivación, por no tener juego de las estrellas, mucho menos el desánimo por las atenciones de la Serie, puede ser motivo para rendirse. Vegueros parece herido en su campo, mas no ha muerto.