Tras concluir el primer tercio de campaña beisbolera el equipo pinareño, sorprende en la cima de la tabla, con un balance positivo de 15 victorias y 10 descalabros. Hasta la fecha solo resalta de manera general el trabajo en conjunto.
Paradójicamente la novena verde ancla decimotercera en bateo con un average de solo 287 y un por ciento de embasado (OBP) de solo 354, muy por debajo de la media del torneo que hoy es de 388.
Pero el aspecto que le ha dado el actual éxito radica precisamente en el bateo oportuno con hombres en posición anotadora. En ese apartado el conjunto que dirige Alexander Urquiola tiene un balance 82 hombres enviados a la goma, al concluir ya los primeros 25 partidos.
Si a esto usted le suma la productividad balanceada en su alineación regular, encuentra algunas respuestas a la actual ubicación de los vegueros.
Hombres como Yasser Julio González, Frank Raúl González y William Saavedra, aparecen liderando el acápite de los cuadrangulares en el conjunto con nueve, seis y cuatro respectivamente.
Todo esto, sumado a la ofensiva bien repartida de Luis Pablo Acosta (413), Juan Carlos Arencibia (321), Lázaro Emilio Blanco (317), Jorge Yohan Rojas (333) y la incorporación de Taylor Sánchez (304), dan luces para comprender por qué aún continúan aferrados a la cima de la tabla general.
La defensa hoy sin lugar a dudas deja los peores saldos. Aún, cuando el conjunto se ha visto obligado a improvisar en posiciones al campo diferentes a las habituales para algunos atletas; esta constituye una de las principales causas del anémico promedio en este acápite (962), resultado de 35 errores, en 918 lances. De ahí que el multicampeón, aparezca antepenúltimo en este aspecto.
Algunos entendidos hablan que el picheo, constituye más del 70% del éxito de un conjunto. Créanme, no dejan de tener razón. El nuestro, sin contar en la mayoría de las subseries con el aporte del derecho Erlis Casanova, ha sabido nadar en aguas turbulentas.
Hoy el peso en materia de ganados, no lo lleva el laborioso Bladimir Baños, quién ha protagonizado excelentes salidas desde el box. Muestra de ello es su exquisito promedio de carreras limpias (PCL de 2.89), o el cociente del número de bases por bolas y los hits permitidos en cada inning lanzado (WHIP 1.25). Pero Baños, con cinco juegos tirados ya, de ellos dos completos, ostenta igual número de éxitos.
Es sin embargo un relevista el máximo ganador del equipo, mostrando la importancia de estos en el béisbol moderno. Yenier Medina con tres ganados aparece como líder en este aspecto.
En paralelo destaca un nombre que se ha robado titulares por su capacidad de trabajo, el joven Orisbel Borges lleva ya dos juegos ganados y cuatro salvados. Estos números son suficientes para desde ya, lanzar su candidatura como novato del año.
Pero ojo, en las últimas presentaciones un excesivo uso ha disminuido su efectividad, por lo que es pertinente la dosificación del trabajo para un muchacho apenas salido de la categoría juvenil, hace unos meses.
Como es evidente en medio de esta andanada de estadísticas, resultados y retos, una clave ha primado para acoger a los Vegueros desde la cima, «la unidad como premisa». Es el trabajo en equipo quién tiene hoy a los más occidentales en los puestos de privilegio. La cohesión y el peso de la historia, siguen moviendo los sueños de clasificar entre los ocho primeros.
Incluso, cuando quimeras individuales como los 100 éxitos de Erlis están a la vista, las 150 victorias de Baños son una realidad o los 160 jonrones de Saavedra parecen llegar pronto, la premisa que se ve en el campo de juego es una filosofía grupal, como digno homenaje a una novena que aún con el paso del tiempo, y los consabidos cambios generacionales, permanece aferrada a la cima de los cuatro grandes del béisbol cubano.