La selección de Pinar del Río enfrenta esta subserie ante los huracanes de Mayabeque con el imperativo de ganar o salir de la tabla de los clasificados. Aún con más victorias que derrotas, pero con la carencia de un bullpen establecido, y el mismo fantasma de la defensa, asumen esta titánica tarea.
Los muchachos de Alexander Urquiola, vieron en el primer desafío de este cotejo particular, salir con lágrimas en los ojos a su estelar lanzador Bladimir Baños. El veterano aquejado de una molestia en el codo de su brazo derecho, está a la espera de ser evaluado por los facultativos, para decidir su futuro en la actual temporada beisbolera.
Pinar con la posible salida de Baños, tendrá que reinventarse la rotación de abridores, en la cual, el diestro Erlys Casanova, le tocará llevar los mayores protagonismos. En este caso los lanzadores de relevo tienen la misión de mejorar los actuales rendimientos, (10-7, PCL 5.59, AVE contrario 298, WIP 1.79, BB 100 y K 91).
La defensa, es un acápite que no logra la estabilidad necesaria para ayudar a ese maltrecho cuerpo de picheo. Los más occidentales en 44 juegos cometieron 64 marfiladas, para un promedio de 960, el penúltimo del torneo. Hoy las cifras de doble play es baja 57, aunque a su favor tienen el mérito de realizar la única jugada de triple play del campeonato domestico cubano.
El multicampeón cubano, no tiene otra opción que ganar, para mantener su presencia entre los ocho clasificados. Para ello las fórmulas posibles estriban en alcanzar como mínimo, entre 15 o más éxitos. Estas cifras posicionarían a los verdes entre los ocho grandes.
Luego de la subserie contra los mayabequenses, vendrán los desafíos con Artemisa en casa, Industriales y las Tunas en sus patios, Holguín y Villa Clara en los predios del Capitán San Luis por ese orden.
Visto lo visto, hasta el momento, la clasificación está en una cuerda floja, pero nunca antes ha dependido más de nuestros atletas como en esta ocasión. Toca acopiar fuerzas y en la recta final, sacar el extra de los campeones.