Cuando faltan menos de 13 juegos de béisbol para concluir la etapa regular, los vegueros de Pinar del Río parecen agotados. El conjunto llegó a su cuartel general, el Capitán San Luis, con balance adverso 29-32, y están urgidos de un despertar o se los lleva la corriente en la conclusión de la 62 Serie Nacional.
Siguen las mismas falencias de siempre: defensa errática, pitcheo de segunda línea inestable y una ofensiva que por momentos da atisbos de recuperación, pero no acaba de carburar del todo. Un promedio general de bateo de 266, penúltimo, y con hombres en base 273, muestran algunas claves de la debacle.
Como nunca antes los más occidentales tienen en sus manos el poder de la definición final, aunque para ello deban hilvanar una seguidilla como mínimo de siete juegos ganados. Ciertamente como juega el conjunto, parece utópico, pero es la única fórmula.
La ausencia de Vladimir Baños desde el box se ha sentido grandemente. Otra vez, como se adelantó desde esta columna, la experiencia competitiva cobra factura a un grupo de muchachos jóvenes, con talento, pero inexpertos.
Muestra de ello son los 87 errores en los 2 237 lances, que balancean un promedio general de 961. Estos numeritos hablan de falta de anticipación a las jugadas, lectura inexacta del partido y muchas veces nervios, esos que no faltan en la pelota.
Para materializar el tan necesario anhelo deben alinearse varios factores. Primero, la concreción de la mayor cantidad de éxitos posibles de los que van quedando en el calendario competitivo.
Segundo, que los rivales que están en medio de la pugna por los ocho clasificados comiencen a ceder, en especial Ciego de Ávila, conjunto al cual vencieron en el compromiso particular, y aún le resta un desafío.
Como otro factor de peso está aprovechar la localía, teniendo en cuenta que, en su estadio, llegan los mejores saldos de victoria 19-8. La clave será arrebatarle mínimo, cuatro éxitos a cada conjunto, poco servirá una división de honores. Además, ganar el pendiente ante los tigres avileños, porque es el rival que cierra el borde de la clasificación.
Ante este duro panorama y la evidente inestabilidad mostrada en las últimas presentaciones, solo sirve un repunte contundente, que según este redactor se antoja extremadamente complicado de acuerdo con lo visto hasta ahora. Las incorporaciones de Erlys Casanova y Vladimir Baños deben ser decisivas en estos sueños.
El peso de la historia es otro elemento motivador desde el punto de vista psicológico para levantar los ánimos desde el banquillo. Otra de las variables que resta a la dirección es el poder levantar un conjunto maltrecho e iniciar desde ya a jugar play off, el sesgo para cometer errores se cierra porque de ello depende mucho el pase a la siguiente fase.