Bajo la premisa de que el campesinado cubano será siempre fiel al legado del Comandante en Jefe Fidel Castro y a su Revolución, representantes de más de 40 estructuras productivas de la provincia Pinar del Río sostuvieron un intercambio con el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa.
En el primero de una serie de encuentros que se llevarán a cabo en todo el país, hombres y mujeres del campo expusieron sus experiencias para impulsar un sector estratégico, en medio del complejo escenario marcado por la epidemia de la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo de los Estados Unidos.
Durante la reunión se pasó revista a la marcha de la campaña de primavera, en la que el territorio debe plantar 34 346 hectáreas (ha) y a otras cuestiones esenciales como el autoabastecimiento territorial, la sustitución de importaciones y la implementación de las 63 medidas aprobadas por el Gobierno cubano para potenciar la producción de alimentos.
Valdés Mesa se interesó por los rendimientos en cultivos como el arroz y el maíz, y la incidencia del trips de la flor del frijol, una plaga que ha provocado pérdidas enormes en las últimas cosechas a lo largo de la Isla.
Al respecto, afirmó que es preciso revertir esa situación de cara a la próxima campaña, teniendo en cuenta el papel de ese alimento en la mesa de los cubanos y su precio elevado en el mercado internacional, que sobrepasa los 1000 dólares por cada tonelada.
De la misma manera que han hecho nuestros científicos con las vacunas, tienen que ayudar a resolver este problema con variedades y con productos biológicos que se desarrollan actualmente, señaló. «Hay que aplicar la ciencia, la técnica y la sapiencia de los campesinos».
El vicepresidente cubano llamó también a enmarcar las diferentes campañas, teniendo en cuenta los ciclos de los cultivos, porque de lo contrario, si se siembra fuera de época, se está renunciando desde el inicio a un grupo significativo de toneladas.
En ello coincidieron productores como Rogelio Ortúzar, de la CCS 26 de Julio de Consolación del Sur, quien aseguró que respetar la época de siembra equivale a gastar menos insumos y a obtener más rendimientos.
El reconocido agricultor expresó además que la batalla de los campesinos cubanos en la actualidad es en el surco. «Tenemos que sembrar más y aportar más. Nuestra misión para apoyar la Revolución, la guerra nuestra hoy, es esa», añadió.
Otros productores explicaron sus experiencias en la rotación de áreas, diversificación de cultivos, la obtención de semillas, el empleo de nuevas variedades y el combate de plagas.
«Nos hemos volcado a aquellas estrategias que antes no seguíamos, como el uso de las materias orgánicas», expresó
Narciso Alfonso Cardentey, de la Cooperativa de Créditos y Servicios Raúl Maqueira.
Valdés Mesa indagó también sobre el incumplimiento del plan de leche de la provincia en más de 1,2 millones de litros.
«Las bases productivas y el sistema empresarial, deben tener conciencia de que sobre sus hombros pesa la alimentación del pueblo», advirtió, y recalcó la necesidad de seguir trabajando para sustituir importaciones.
Por su parte, el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Monteagudo Ruíz, recordó que la producción de alimentos constituye una de las principales prioridades definidas en la estrategia de desarrollo económico y social del país, la cual se decide en las fincas de los campesinos.
«Hay que tener una preocupación permanente por el autoabastecimiento de los mercados» dijo.
El dirigente exhortó además al cumplimiento de los contratos, asegurar que no haya baches entre una campaña agrícola y otra, y a librar una batalla contra la tierra vacía.
En el encuentro estuvieron presentes el ministro de la Agricultura, Ydael Jesús Pérez Brito y el presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Rafael Ramón Santiesteban Pozo, junto a las principales autoridades del Partido y el Gobierno en Vueltabajo, y directivos del sistema de la agricultura.