Vivienda por dentro en Pinar del Río

Vivienda por dentro en Pinar del Río

Otro de las causas que influye sobremedida es la falta de mano de obra calificada y la no incorporación de familias, vecinos y factores de la comunidad a las obras

De complejo se pudiera clasificar el escenario de la vivienda y el estado del fondo habitacional en la provincia Pinar del Río tras el paso de los dos últimos fenómenos hidro- meteorológicos, los que se suman a los ya harto conocidos huracanes del 2002 y 2008.

Para la recuperación de este sector, la provincia a petición de las máximas autoridades del país debe concluir y dar respuesta a todos los planteamientos y necesidades en un plazo de cinco años, lo que equivaldría a más de 3 800 viviendas anuales como promedio durante los próximos cinco años.

No es menos cierto que se ha trabajado en el levantamiento de capacidades sobre la base de puntos de materiales locales para la construcción, en el desglose de los casos y núcleos más vulnerables, así como la aplicación de políticas demográficas para madres de más de tres hijos y en la edificación de diferentes tipologías de viviendas para ofrecer soluciones rápidas.

Pero las cifras reales en materia constructiva aún distan mucho de las que se precisan y necesitan los damnificados.

En conferencia de prensa, y declaraciones oficiales a este semanario, un grupo de especialistas y directivos de la Asamblea Provincial del Poder Popular, la Dirección Provincial de la Vivienda (DPV) y el Grupo Empresarial de Comercio ofrecieron detalles y perspectivas sobre esta arista social que tanto duele hoy al corazón de cada barrio.

CIFRAS FRÍAS… Y RECUPERACIÓN   

De acuerdo con Andrés Martín Carmona, director provincial de Vivienda, en el territorio existen hoy alrededor de 102 229 casas damnificadas. De ellas se consideran 12 805 como derrumbes totales y 9 950 como derrumbes parciales.

Los derrumbes totales de techo ascienden a poco más de 19 260, de los cuales hoy se han restructurado más de 1 650, y los parciales de techo ascienden a 47 582 viviendas perjudicadas y 19 147 listas, lo que asegura un 40 por ciento.

 “Podemos hablar también de los edificios multifamiliares y otros de tipología uno, 791 en total, que precisan de mantas e impermeabilizantes para los cuales todavía no existe una solución definitiva debido al déficit de dichos recursos.

“No obstante, recibimos cerca de 5 000 metros de esta manta. Fueron 500 rollos que nos permitieron distribuirlos en siete edificios en la provincia, dándole prioridad a Pinar del Río con tres edificios, y le entregamos también a Consolación, Viñales, San Juan y San Luis para que solucionaran un edificio cada uno”.

El directivo apuntó además que existen otras 11 835 viviendas con perjuicios menores –díganse daños en algunas fibras, carpinterías, conexiones hidráulicas y otros– de las cuales cerca del 56 por ciento están listas y habitables. 

“De forma general, en la provincia hemos resuelto hasta este momento 29 077 problemas, para un 28 por ciento. Es cierto que es una cifra ínfima si se mira solo la estadística fría, pero que no quepa duda que trabajamos intensamente porque cada familia tenga su vivienda lo antes posible”.

Lo cierto es que, a pesar de las voluntades y esfuerzos, los recursos no se corresponden con la demanda real que tiene la provincia.

Por solo citar un ejemplo, en el caso de los elementos que forman un módulo de techo, todos sus componentes no vienen de conjunto, sino que se han distribuido paulatinamente.

Adaisy González Valdés, directora adjunta del Grupo Empresarial de Comercio, especificó que estos renglones son algunos de los que más interfieren con la terminación de las viviendas.

“Algo importante con los recursos para techos es que no ha habido correspondencia en la cuantía de todos los elementos que componen un módulo completo. 

Las cubiertas de cinc y sus soporterías respectivas son uno de los elementos que más atrasan la terminación de las viviendas

“Para que se entienda: hemos recibido más de 137 369 planchas de cinc, y entre las vigas metálicas y las vigas de madera no abarcan para completar los soportes y poder techar con este tipo de cubiertas.

“En el caso de las tejas de asbesto cemento que es lo que más ha comprado la población, se han recibido y vendido alrededor de 222 973, las cuales tampoco tienen correspondencia con los soportes para montarlas.

“Y esto responde precisamente a que se ha recibido desde el país muchos recursos de techo de la reserva estatal y algunos donativos para adelantar la recuperación del fondo habitacional, pero que desafortunadamente no han venido acompañados de las vigas metálicas que se necesitan para su montaje, pues de este último recurso de soporte solo hemos recibido 17 103. No es el caso de la tornillería y los ganchos que sí tenemos a la venta”, expresó González Valdés.

DE PUNTOS, VENTAS Y CIERRES DE FICHAS TÉCNICAS

Hoy de una forma u otra todos los puntos de venta del territorio comercializan recursos a los damnificados para la reconstrucción de los inmuebles, algo que es digno de reconocer, debido a que quizás algunos no cuenten con todas las condiciones para ello.

Entre los renglones más asiduos en dichos establecimientos se pudieran contabilizar las tejas de cinc y de asbesto cemento antes mencionadas, 86 819 bloques de diferentes medidas, más de cuatro millones y medio de kilogramos de cemento a granel y otras 5 316 bolsas, más de 2 000 tanques, entre otros. 

Sin embargo, tales elementos son insignificantes todavía si se comparan con la necesidad real de la provincia.

Según los especialistas de la vivienda, a la fecha solo se ha recibido poco más del 50 por ciento de las tejas de asbesto que se requieren, las que se encuentran en el orden de las 404 000; mientras que en el caso de las de cinc para los problemas y daños parciales de techo, se precisarían 554 000, de las que solo han llegado a Vueltabajo cerca del 24 por ciento.

Lo anterior da al traste con que si se realizara un balance de las cubiertas para cubrir solo los daños parciales de techo y daños menores, el estimado estaría muy por debajo de lo necesitado.

“En la actualidad, la morosidad en las ventas no es un problema. Pudiera existir, pero no es la generalidad. Tal es así que ya se han vendido la mayoría de las tejas de cinc”, comentó González Valdés.

Algo importante a considerar es que desde principios de diciembre hasta la fecha, no se han recibido ni tejas de cinc ni vigas metálicas, lo que también conspira contra la celeridad de culminación de viviendas con cubiertas ligeras.

“En el caso de los puntos de venta, se les ha vendido materiales indistintamente a casi 38 000 personas, y de ellas más de 23 000 han cerrado sus fichas técnicas. 

“Qué sucede con el atraso de esas terminaciones, que en muchos casos son viviendas a las que les falta la carpintería, alguna ventana o puerta, tanques de agua u otros elementos, que impiden como es lógico que dichas casas no puedan clasificarse como terminadas ni cerrarse la ficha técnica”, concluyó.

SOLUCIONES A CORTO, MEDIANO Y LARGO PLAZOS

Por su parte, Jesús Nilo Soca Muñiz, coordinador de Programas y Objetivos para atender las Construcciones en el Gobierno Provincial, aseveró que se espera un volumen de vigas metálicas para paulatinamente ir completando los módulos de techo que no han podido cerrarse.

“Estas vigas se asignarán a aquellas personas que en su momento compraron los demás recursos del módulo y que solo les resta esta para techar y concluir sus hogares”.

El coordinador alegó que se está en proceso de negociación y contratación de viguetas de madera con la Empresa Forestal para respaldar los techos de cinc y asbesto cemento ya vendidos.

“Estas vigas de madera no superarán los cuatro metros, por lo que se deberá examinar muy bien a quien se les destina cada uno de estos soportes en dependencia de la vivienda que presente su ficha técnica”.

En este sentido, Martín Carmona aseguró que gracias a la colaboración del PNUD llegarán a la provincia alrededor de 1 600 techos completos con sus vigas de metal, su tornillería y su equipamiento, listos para montar. Para ello ya se microlocalizan en todos los municipios las primeras 100 viviendas que recibirán estos techos, pues deben ser de paredes sólidas con una estructura que soporte los techos en sí.

Algo significativo y que dejaron claro todos los directivos y especialistas fue que a pesar de las muchas dificultades y necesidades existentes, la población debe entender que el plan de la vivienda está concebido para un lapso de cinco años. Razón por la cual algunas familias, dolorosamente, deberán esperar un poco más.

“Por eso creo que una de las tareas fundamentales está en saber explicarles a las personas en qué momento se les asignarán sus recursos y para qué periodo podrán tener su vivienda, porque desafortunadamente todas no saldrán a la misma vez y con la misma celeridad. 

“Claro, esto se estudiará y se priorizarán los casos y núcleos más vulnerables, se continuará con el tema de la política demográfica y demás, pero aquellos que tengan donde resguardarse y tengan mejores condiciones, innegablemente su solución definitiva tardará un poco más”, precisó el coordinador.

Mientras, sobre este asunto, José Luis Hernández León, subdirector técnico de la DPV, argumentó que durante este tiempo la estrategia no ha sido otra que la de solucionar  los casos que de forma más expedita tuvieran habitabilidad.

“De esta forma, con el plan que está diseñado, tenemos el compromiso con la máxima dirección del país de recuperar en este 2023 todos los daños de cubierta, que van desde el derrumbe parcial hasta el parcial de techo. Conózcase que en la actualidad tenemos más de 60 000 viviendas afectadas por elementos de techo”, preciso el directivo de la vivienda.

Algo importante a mencionar es que en el presente año la cifra de inversiones para derrumbes totales será inferior al de años venideros, pues de acuerdo con los especialistas, en este 2023 solo se ejecutarán 2 001 casas. Sin embargo, aseguraron que para el 2024 se debe estar en condiciones para recuperar las más de 18 000 viviendas clasificadas como derrumbe total, y de esta forma trazar un plan para ejecutar alrededor de 4 000 todos los años; lo anterior contando con que no azote otro fenómeno atmosférico.

PRODUCCIÓN LOCAL DE MATERIALES

La producción local de materiales debe ser un puntal para que se cumplan los plazos de entrega de hogares a las familias pinareñas

Por último, Yalexis León Armas, director provincial de la Empresa de Construcción Civil en el territorio, mencionó que se trabaja en dos concesiones mineras, una en el municipio de Guane y la otra en Viñales, ambas con una producción que superará los 100 metros cúbicos diarios entre granito, gravilla y piedra, y que deberán cubrir y suplir las zonas norte y sur de Vueltabajo.

“En el caso de la de Guane, que comenzó a instalarse en noviembre pasado, debe quedar lista a finales de este mes para las primeras pruebas preliminares”, acotó.

Esta industria de materiales concluyó en el primer trimestre del año al 85 por ciento de cumplimiento, dado en gran medida por la carencia de cemento; pero aseguró que ahora existe disponibilidad de este renglón, así como un volumen de acero que deberá cumplir su encargo hasta finales de junio.

León Armas afirmó también que se trabaja en la creación, conformación y puesta en marcha de capacidades locales en cada municipio que respondan con elementos de pared sobre la base de barro.

“Con toda la cooperación de cada municipio y todos los hornos y planteles funcionando, nosotros pretendemos producir en la provincia entre 480 000 y 500 000 ladrillos mensuales a partir de junio, los que sin duda aliviarán y darán solución a la vivienda, y agilizarán las secuencias constructivas”.

A la par de todo lo dicho por los distintos especialistas, no cabe duda alguna de que en la provincia se trabaja de forma ardua por rescatar, reconstruir y resanar el fondo habitacional dañado o ya inexistente en algunos casos.

Sin embargo, condiciones subjetivas y objetivas ya explicadas han dado al traste con que no se concluyan las viviendas suficientes y que las familias deban esperar otro tanto.

Es imperante que cada municipio haga uso eficaz y certero de cuanto recurso le sea asignado, que se cumplan los acuerdos establecidos por las diferentes partes que involucran tanto a las empresas constructoras como a las forestales y que se microlocalicen con eficiencia los núcleos que más ayuda requieren.

Construcción Civil por su parte, junto a su deprimida industria local de materiales, también debe hacer un esfuerzo máximo para evitar mayores retrasos.

Y por último, cada familia y factores de la comunidad deberán apoyar las labores en sus zonas para velar por el proceso constructivo en sí, requisar calidades y exigir cumplimientos en tiempo y hora. Solo de esta forma se logrará un verdadero avance en el sector de la vivienda, de lo contrario, todo esfuerzo será condenado al fracaso.

Salir de la versión móvil