“Nosotros vivíamos por el puente de hierro en la carretera pa’l Corojo, el río siempre se nos metía en la casa, cuando venía el ciclón pusimos las cosas en alto, en otro lugar, las tapamos y nos evacuaron en el seminternado, pero esta vez la crecida nos llevó la casa”. Julia Menas Cruz, sanluiseña a quien los vientos y aguas de Ian dejaron sin vivienda.
Sin embargo, no era la primera vez que sufría quebrantos por inundaciones, esas idas y venidas del cauce hasta el interior del hogar lo deterioraron; no asombra la alegría por la nueva morada, primera en la comunidad que se levanta en el consejo popular urbano del poblado de San Luis.
CONTEXTO
Para hablar de la vivienda en Pinar del Río es preciso conocer el escenario dejado por Ian. A partir de los problemas identificados en las oficinas de trámites, se realizó una revisión de las planillas y subsanación de errores, confirmándose diversos grados de detrimento en más de 100 000 casas.
Entre ellas 10 367 fueron averías de menor magnitud como pérdida de instalaciones hidráulicas, tanques para agua o algún elemento de carpintería, por mencionar algunas. De mayor envergadura, derrumbes totales y parciales del inmueble o el techo, de estas se registran 91 805.
Ante estas cifras, sin olvidar las familias que llevan 20 años esperando por una vivienda, urge diversificar alternativas y adoptar medidas que erradiquen de una vez por todas ciertas vulnerabilidades.
SOLUCIÓN DEFINITIVA
San Luis, uno de los territorios en los que las secuelas de Ian fueron de gran magnitud, solo en el fondo habitacional más del 60 por ciento de este tuvo daños, de ellas el 18,5 se contabilizan como derrumbes totales.
Integrando las estrategias de desarrollo local y el proceso de recuperación en las zonas identificadas para el crecimiento urbanístico se construyen casas para damnificados que perdieron las suyas por derrumbe total y residían en zonas proclives a inundación.
Leidiana Hernández Mesquíal, coordinadora del programa de la Vivienda en el municipio, explica que actualmente se trabaja en 20 dentro del consejo popular urbano, la proyección es llegar a 30 en esa misma ubicación; a todas las entidades administrativas radicadas en el territorio le asignaron responsabilidad en esta tarea, tanto allí como en otras áreas.
Resalta la colaboración de los futuros propietarios, quienes a pesar de haber quedado con muy poco asisten a los constructores: agua, café o lo que tengan a su alcance, y apoyan en la ejecución de las viviendas; es el caso de
Joryen Cancio Ramos, de 18 años, ya concluyó sus estudios como técnico medio en Secretaría y mientras espera el llamado al Servicio Militar General se incorpora cada mañana para contribuir al avance de la obra.
Es el mayor de los tres nietos de Felicia Lorenzo Sánchez, otra sanluiseña que debe empezar de nuevo. Asegura que el “huracán se lo llevó todo”; para ella es vital acompañar a la brigada: “Lo que hace falta es terminar, venir para acá y seguir guapeando”. También participa en la ejecución el hijo, aunque él, junto a la madre y dos hermanas menores de Joryen- el resto de la familia- igualmente son damnificados.
Las casas en las que vivirán Julia y Felicia son de tipología IV, se levantan sobre dos hiladas de bloques, el resto es de madera, la cubierta de cinc; incluyen baño y meseta de estructura sólida, por lo que sirven de resguardo ante huracanes.
Según explica Hernández Mesquíal, al principio hubo reticencia ante esta propuesta; en la medida que avanzan en la ejecución pasaron de la aceptación y conformidad a estar muy contentos, especialmente porque la ubicación de la comunidad los pone a salvo del mayor riesgo que sufrían, las inundaciones. En los ocho consejos populares del municipio hay identificadas zonas para relocalizar a familias en igual situación, en algunos de estos emplazamientos levantarán las facilidades temporales, más de 1 000, en las que aguardarán por sus nuevos hogares.
SOSTENIBILIDAD
Es una premisa del proceso de recuperación reutilizar todo aquello que pueda emplearse, los árboles y palmas derribadas por Ian no constituyen excepción y también forman parte de la solución, los 250 trabajadores de la Empresa Agroforestal (EAF) Macurije.
Diariamente de las áreas extractivas en Mantua y Guane, territorios que comprende la entidad, sacan entre 120 y 130 metros cúbicos de madera en bolo, el procesamiento está a cargo de la unidad empresarial de base (UEB) Combate de Las Tenerías, donde está emplazado el aserrío.
Miguel Ángel Borrego Pérez, director del mismo, asegura que elaboran como promedio cinco módulos del prototipo para construir estas viviendas en cada jornada.
La cantidad de piezas varía, pues son de uno a tres cuartos, con una demanda de 5,7; 6,5 y ocho metros cúbicos, respectivamente, de madera aserrada, lo que sin duda, agiliza mucho la ejecución. Expone como mayor limitación los volúmenes de extracción, condicionados por la baja disponibilidad de útiles de corte.
El patrimonio forestal con que cuenta la provincia respalda estas necesidades, no obstante, Jorge Luis Torres Roque, director general de la EAF Macurije, explica que laboran intensamente en la silvicultura, están listos para reforestar y que no tenga impacto en el futuro.
La creación de comunidades con viviendas de tipología IV se impulsa especialmente en los municipios de San Luis, Pinar del Río y Consolación del Sur.
MEJORES
Si en algo coinciden Felicia y Julia es que en las casas que vivirán son mejores que las que tenían; nadie pretende ignorar que lo ideal sería que en esta región tan vapuleada por huracanes todos los hogares fueran de construcción sólida, pero es preferible la realidad que representa avance que acariciar una utopía.
En ese asentamiento quedará, además, la evidencia de la solidaridad, pues las dos primeras moradas las edificaron hombres y mujeres procedentes de Camagüey, quienes dejaron una semilla de afecto y gratitud entre quienes los conocieron.
A todos los que, desde distintos lares, han concurrido para ayudar a restañar heridas y siguen acompañándonos: Gracias.