Recorridos por centros de diversos sectores de casi todos los municipios y reconocimientos en todos los lugares a los que ha llegado tienen por estos días más contento que de costumbre a Donal Duarte Hernández, un pelotero extraclase que este sábado será despedido oficialmente en el cuartel general de los vegueros.
“Esperaba un retiro normal en el ‘Capitán San Luis’, pero no todas estas visitas que han sido una cosa linda y grande porque ahora es que me doy cuenta de lo que me quería la gente, de lo que todavía me quieren”, afirma el “Lobo mayor” en rápida conversación con Guerrillero, porque estaba a la espera de que le recogieran para ir hacia otro de los sitios en que le homenajearían.
¿Qué significó para ti siendo un muchacho ser el relevo de Omar Linares en el equipo Pinar del Río?
“Es de las cosas más importantes que me han pasado en mi vida, porque para mí Omar es el mejor pelotero del mundo y haber sido su relevo fue todo un reto que traté siempre de enfrentar y vencer”.
¿Para ti, quién fue el pelotero más completo de tu época y cuál de los que viste jugar?
“De mi época, considero como el más completo de Cuba a Yulieski Gurriel. De los que vi cuando comencé, me gustaba mucho ver jugar a Germán Mesa y a Yobal Dueñas, porque se entregaban en cada juego”.
¿Qué le falta hoy a Pinar del Río para volver a los planos estelares de la pelota cubana?
“Pinar del Río está pasando ahora por una época difícil en la pelota, pero creo que se debe también a la fecha en que se juega la Serie Nacional, porque ahora mismo tiene tres lanzadores en Japón, y cuatro más en contratos en otras ligas y eso es algo que a cualquier equipo que le suceda le impide caminar, por eso pienso que bastante bien lo están haciendo los que quedan, aunque pudieran hacerlo mejor. No es fácil que en medio de un torneo se te vayan los mejores pitcher, porque entonces tienes que inventar en un campeonato en el que abunda el bateo sobre el pitcheo.
“El de ahora es un equipo joven, con solo dos o tres figuras establecidas, por eso hay que esperar a armar uno más sólido. Hay que pensar que así ha pasado en otras ocasiones y después Pinar ha salido a discutir campeonatos y ha ganado algunos.
“Si la Serie fuera en otro momento, había que contar con Vegueros. Por eso pienso que el campeonato debe empezar entre octubre y noviembre para que termine en enero-febrero, así no solo se pueden tener a los que juegan en el extranjero sino que los peloteros se agotan menos y puede darse un verdadero espectáculo.
“Falta el espectáculo porque una buena parte de los mejores peloteros tienen que salir a contratos, algo con lo que estoy de acuerdo, pero por eso es que hay que cambiar la fecha de la Serie Nacional: no se trata de mucho más”.
Ahora, desde su responsabilidad como director del equipo Sub-23 de la provincia tiene ideas que de poderse desarrollar contribuirían a mejorar no solo lo relacionado con los peloteros vueltabajeros sino de todo el país:
“Hace rato que no veía a un grupo de muchachos con estatura, fortaleza y condiciones para ser peloteros como los que tengo en el equipo. Todos han pasado por la pirámide y han ganado medallas en campeonatos nacionales en las diversas categorías: tengo un buen piquete, sobre todo de pitchers incluidos cinco que están en el Pinar del Río y que pasarían conmigo cuando finalice la 61 Serie”.
Al preguntarle sobre qué sucede con esos lanzadores jóvenes que en su mayoría tienen serias dificultades con el control, expresó: “El problema está en que pitchean muy poco cuando son incluidos en los equipos de primera categoría de sus provincias, unos porque no los ponen porque los directores quieren ganar y ganar y no utilizan a los novatos o menos experimentados y otros porque pasan mucho tiempo en la reserva y no son subidos.
«¿Qué hay que hacer? Pues se necesita eliminar el hueco que hay entre los juveniles y la primera categoría en el que se pierden varios de esos muchachos que lanzan 90 millas o más, pero que apenas juegan o a veces se alejan dos o tres años de la pelota y si vuelven ya no son los mismos, merma su calidad. Estamos perdiendo pitchers por esa razón. Pienso que se necesita una liga de desarrollo o algo similar en la que se trabaje con todos ellos y no perderlos”.
Ahora como director, ¿qué le aportas a los que están bajo tu mando?
“Fui un pelotero inquieto y en los 18 años que jugué nunca estuve sentado; ahora tengo que estar en el banco dirigiendo y sigo siendo inquieto pero con control, porque tengo un grupo de entrenadores a mi lado que me están ayudando cantidad.
“A esos muchachos que hoy dirijo trato de inculcarles la unión, porque siempre estuve en equipos que fueron así, como una familia, y una vez logrado eso les digo que pueden ir haciendo cada día más para que suban su calidad y poder tener buenos resultados”.
¿Cuál fue el lanzador que te dominaba con más facilidad y cuál al que mejor le bateabas?
“El que más difícil me resultaba era Luis Miguel Rodríguez, de Holguín, porque lanzaba por el lado del brazo y me dominaba mejor.
“Me era más fácil batearle a José Ángel García, de Artemisa, y te cuento una anécdota, ahora que ya no estoy jugando: le dije en una oportunidad que tenía una gran curva, que no había quien le diera a esa curva de él. Lo hice para que pensara que me preparaba para darle a su curva y por eso me tiraba rectas que le bateaba mejor. Es la picardía que tiene que tener el pelotero, porque lo más difícil en la pelota es batear y hay que utilizar la picardía y la inteligencia para poder batear”.
¿Qué te faltó conseguir como pelotero?
“Hacer el Cuba A. Nunca lo conseguí pese a que en algún momento pude haber estado. Sé que tenía a Yulieski Gurriel y a Michel Enríquez, los mejores de mi posición, pero pienso que podían haberme incluido alguna vez en el equipo grande, porque en la pelota hice de todo: ¿que había que dar 20 jonrones?, los di; ¿batear 300?, lo hice; ¿dar mil jits?, los di; ¿que 100 bases robadas?, me las robé… no me faltó hacer nada, pero…”.
¿Alguno de tus hijos se ha inclinado por el deporte?
“Tengo cinco de diferentes edades: una hembra de 23 años que me hizo abuelo, un varón de 21, otro varón de 19 que va a estudiar Medicina, una de 13 años que está en la Escuela de Arte, y el de la vejez tiene un año y es muy activo, tanto que se acuesta todos los días tarde y tiene matá’ a la madre.
“Al principio los varones jugaban pelota, pero nunca estuve de acuerdo con eso, porque yo sufrí bastante en la pelota y nunca quise lo mismo para ellos. Nunca se los dije, pero cuando decidieron no seguir en la pelota me quedé más tranquilo”.
Pero, ¿tú sufriste tanto en la pelota?
“¿Quieres un ejemplo? Cuando regresé del Mundial Juvenil, en el que quedamos terceros, no me incluyeron en el Pinar del Río. Fui el único en Cuba de esos juveniles que no hizo equipo de su provincia. Esa fue la primera sorpresa que enfrenté en la pelota y fue un año que también perdí. Esas son experiencias muy tristes, porque cuando los que fueron mis compañeros venían a jugar acá no podían creer que estuviera fuera”.
Por su experiencia como atleta y por ahora estar al frente del equipo Sub-23 de la provincia, Donal puede opinar con base sobre lo que le falta al deporte nacional para ir saliendo del bache en que está:
“La pelota cubana está pasando por un mal momento; sabemos también lo que sucede por las deserciones, pero no podemos bajar la cabeza y tenemos que seguir enfrentando esas cosas.
“Además, tienen que dirigirla los que quieren trabajar; no tienen que ser específicamente los que hayan sido peloteros, porque hay ejemplos, como el de Jorge Fuentes, que no fueron peloteros y saben dirigir porque sienten la pelota, se entregan a lo que hacen, les gusta trabajar: le echan ganas a lo que hacen y eso es lo que vale; por eso digo que tienen que dirigirla los que de verdad quieran ayudar, que vivan para la pelota y no de la pelota, porque de lo contrario no avanzaremos.
“El país también está pasando por un momento malo, pero si vamos a hacer un campeonato hay que ponerle con todo, porque de lo contrario no subirá el nivel.
“En Cuba hay calidad y una muestra de ello son los peloteros que están contratados en diversas ligas en las que los bateadores de aquí son terceros o cuartos en la alineación y los lanzadores son los primeros de los staff. Eso dice que sí hay calidad, lo que se necesita es echarle ganas a la pelota.
“Hay que trabajar desde las canteras infantiles, pero para eso se requieren recursos que no siempre los hay o no se procuran; hay que buscar atletas en los municipios, aunque existan problemas con el combustible; no se concibe que la mayoría de los del equipo Pinar del Río sean de la capital, y quién dice que en los demás territorios no hay peloteros.
“Vivo para la pelota, no de la pelota; y nosotros tenemos gente que viven de ella, porque mediante ella resuelven esto o aquello, pero no porque sientan por la pelota como hay que hacer para que salga otra vez adelante”.
Ante la certeza de que tiene que enfrentar otra etapa concluyó: “Estoy satisfecho con mi vida actual: estoy muy contento porque tengo una familia bella: cinco hijos, un nieto, mi mamá que la quiero mucho, una mujer a la que amo; voy a cumplir 40 años y no tengo ni un enemigo y sí he comprobado que todo el mundo me quiere: ¿qué más puedo pedir?”.