Las décimas que entonaba el abuelo al amanecer, mientras enyugaba los bueyes para arar la tierra, conforman un recuerdo inolvidable de la infancia. Desde su habitación, aún en la cama, Miriela Mijares lo escuchaba cada mañana. También cantaban su abuela y bisabuela, y me asegura, además, que sus tías poseen una voz preciosa.
En tal entorno de afición por la música crecieron Miriela y sus hermanos Juanito y Mairena. No es de extrañar que los tres desarrollaran aptitudes para ese arte y, así, dieran continuidad a lo que hoy podemos llamar una familia de profunda tradición musical, reunida actualmente en el grupo Estilo Propio.
Tan solo con la guía de su padre Juan Mijares aprendieron a navegar entre notas y acordes. Fue precisamente él, el progenitor, el primero de la familia en tomarse la música con más seriedad. Junto a su hermano Miguel, comenzó a presentarse en la radio pinareña durante la década de 1950, cuando tan solo eran dos jovencitos acostumbrados a trabajar la tierra y a cantar.
Poco a poco se fueron dando a conocer; llegaron a ganar un premio en el popular concurso del Circuito CMQ La corte suprema del arte, y a partir de ahí, comenzaron a abrirse las puertas para ellos en el mundo profesional de la música.
Como mismo lo consiguió Miguel en el conjunto Cuyaguateje, Juan desarrolló una carrera de éxito en el trío Romance, hasta que un buen día decidió sumarse a sus hijos en lo que fuera el cuarteto Mijares. Una vez más, la familia, siempre el concepto de familia uniendo, creando, guiando sus destinos.
UN SOLO CAMINO
“La música no la consideramos como un trabajo, me niego a decir que la música es mi trabajo. Mi padre nos enseñó que la música la debíamos defender en familia, desde la raíz, desde la tradición”, asegura Miriela.
“No hubiera sido nunca profesional de la música, si no hubiera estado con mi familia; cantar para mí es eso, estar en familia, hacer las cosas a gusto”, continúa diciendo.
A pesar de ganar un certamen internacional de música con solo 11 años y luego, con solo 17, el prestigioso concurso Adolfo Guzmán, Miriela no deseaba asumir la música como profesión. Fue su hermano quien la animó a hacerlo, y ella accedió por tratarse de él. Surgió entonces el trío Hermanos Mijares, en los duros años ‘90 del pasado siglo.
“Empezar se lo debemos a él -dice mientras señala a su padre- que se dio cuenta desde que estábamos muy pequeños que teníamos algún talento para la música. Los arreglos del trío, el montaje de las voces, la selección de los temas… todo lo hacía papá”.
Juan Mijares le regala una sonrisa enamorada, entonces la interrumpe para compartir con Guerrillero aquellos recuerdos de cuando los niños eran muy pequeños y se quedaban embelesados viéndolo ensayar.
“Así empezó a cuajar la cosa” -expresa jocosamente-. Hay familias que son todos músicos y eso no es casualidad, eso va en la sangre”.
¿Y trabajar en familia es mejor?, le preguntamos.
“La música lleva muchas opiniones, y no siempre el otro opina lo mismo, pero nosotros siempre tenemos el consenso de que hay que ir por un solo camino. Las cosas buenas y las malas las llevamos juntos”, respondió.
El Cuarteto Mijares, conformado por padre e hijos en 2003, conquistó un público fiel en varias instituciones culturales de la ciudad como el Centro Provincial de Artes Visuales o el Museo de Arte de Pinar del Río. El buen hacer los distinguía en cada presentación.
La música destinada a niños y niñas, también marcó su quehacer en ese entonces, luego, cuando el proyecto fue sumando integrantes, se convirtió en el grupo Estilo Propio, bajo la dirección de Miriela, con un prestigio bien ganado.
“Cuando hemos necesitado un músico, buscamos siempre primero a la persona; si es buen músico, mejor. Porque nosotros desde que vinimos al mundo hacemos la música en familia y eso te va dando una manera diferente de comportarte, de proyectarte, de quererte y respetarte. No siempre estamos de acuerdo, no siempre todo ha sido bueno; pero sí lo hemos podido enfrentar todo juntos”, explica la destacada trovadora.
JUNTOS, EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS
Los actuales, no son buenos tiempos para los músicos. Las agudas limitaciones financieras del sector cultural se traducen en escasas opciones de presentación, mucho menos para los grupos. Aun así, los ‘Mijares’ continúan defendiendo su esencia.
“Es una elección estar aquí, es mi elección estar en familia”, asevera Miriela en nombre de todos, pues los hermanos son menos dados a ofrecer entrevistas.
En medio del desconcierto, sobresale la alegría de saber que la pasión por la música ya va encontrando herederos en las nuevas generaciones de la familia. Está Camila, graduada de violín, y Carolina, quien aún estudia el instrumento, pero con muy buenos augurios. Y hasta al pequeño “Jose” hay que mencionar, que a pesar de su corta edad, ya sabe entonar bien.
Dirigimos entonces una última pregunta a Juan, el patriarca familiar: A la altura de sus 81 años, viendo la familia que ha construido y la música que ha logrado defender así, en familia, ¿qué se siente?
“Felicidad”.
No es preciso contar más.