Hace varios días una noticia en materia de música recorrió las redes sociales y algunos medios de difusión en Pinar del Río: el cuarteto Vocal Universo había recibido dos premios en la XIII edición del Festival-Concurso Internacional de Música Coral de Chisinau, Moldavia, en el que participaron 35 coros de varios países.
Los diplomas de oro en las categorías de Vocal Ensemble y Coros Virtuales, a solo unas décimas de la máxima puntuación, son una muestra del talento que estas mujeres desprenden en cada presentación.
En medio de la situación tan compleja que vive el mundo, muchos eventos han tomado carácter virtual y otros se han pospuesto indefinidamente, pero Vocal Universo ha sabido aprovechar el tiempo de pandemia y le ha traído más alegrías que sinsabores. A propósito, Jacqueline Torres, directora del grupo, nos cuenta:
“Al principio de la COVID-19 estábamos realmente asustadas porque parecía que venía una etapa de una tranquilidad pasmosa que nos iba a traer malos resultados, pero contrariamente empezaron a aparecer los festivales online. Comenzamos por uno, pensamos que no iba a fructificar y vamos por 13.
“Ya salió Canta Brasil el 30 de septiembre, este de Moldavia que era competitivo y recientemente el San Nicolás de México. Antes que termine el año deben salir dos más”.
A pesar de que algunos medios nacionales solo se hicieron eco de los premios ganados por Vocal Leo (Grand Prix) y de Vocal Sine Nomine (tercer lugar) en la categoría de Coros de Cámara en el concurso de Chisinau, y obviaron los resultados de la agrupación de Vueltabajo, para las integrantes del cuarteto la acogida de la tierra que las ha visto crecer ha sido un gratificante.
“Afortunadamente Pinar del Río ha sido un bálsamo, porque enseguida los medios estuvieron atentos, así como las autoridades de Cultura y del Gobierno, pero habrá que pensar en mejores estrategias para que el país se entere de lo que pasa en la provincia”.
Aunque un festival online pueda resultar a la vista más sencillo, no es nada fácil ajustarse a los requisitos y sortear obstáculos que se hacen mayores fuera de la capital.
“Un concurso o un festival virtual tiene características difíciles, sobre todo para nosotros acá en provincia. Hay que partir de una obra que muchas veces es por encargo, y que no está en tu repertorio. No es solo hacer el arreglo, sino repartir lo que va a interpretar cada muchacha, madurarlo cada una por sí sola y después unirnos, cumpliendo con todas las medidas.
“Luego hay que hacer una grabación de audio, de video, y después que una persona lo edite con los requerimientos del concurso. Todo eso es costoso desde el principio. Ese material se envía por email, que también tiene su complejidad porque el Nauta Hogar no me lo permite, hay que salir a ver quién te ayuda. Incluso algunos festivales tienen talleres online a los que no podemos asistir porque, además, hay plataformas bloqueadas para Cuba.
“Es un esfuerzo extraordinario, nos hemos desangrado para participar en esos eventos. Han sido noches enteras sin dormir, trabajando para lograr que el producto tenga la calidad que se admite para poder competir con otras agrupaciones”.
Haber logrado estos resultados después de tanto sacrificio más allá de la alegría ha sido un reto, pues hace solo varios meses que cuentan con dos nuevas integrantes que, aunque tienen mucho talento, han tenido que esforzarse doblemente para insertarse en la dinámica de la música vocal.
“Desde el mes de mayo dos de las integrantes del grupo salieron y entraron dos muchachas nuevas. Eso trajo consigo que hayamos tenido que montar todo el repertorio en un breve tiempo y en medio de una situación compleja.
“Una es Maybel La Rosa, graduada de nivel medio de viola e integrante de la Camerata Éxtasis, y la otra Leidy Amador, graduada de nivel superior de trompa. Tienen mucho interés en lo que hacemos y les gusta el trabajo vocal, a pesar de que no son especialistas en la rama. Pero como son potencialmente muy buenas, espero que con el tiempo y el trabajo con ellas, la esencia del grupo sea superior.
“Ahora estamos cumpliendo sueños antiguos, sin dejar de abandonar los pilares fundamentales de la música tradicional cubana y vocal en general. Tenemos la posibilidad de hacer otros géneros y variantes de lo vocal que se pueden acompañar de instrumentos. Pensamos incursionar en el jazz y en la música americana del sur, porque las potencialidades de sus voces lo favorecen”.
Desde el año 1997 Vocal Universo le canta a Pinar, a Cuba, al mundo entero, ellas y el grupo que las acompaña desde 2009 son parte del patrimonio musical de esta tierra. Los éxitos que han cosechado y los que están por venir se traducen en sacrificio y amor por lo que hacen. Al final, como dice su directora, el tiempo lo pone todo donde va.