Dicen que de pequeño organizaba conciertos con los muchachos de su barrio, en Las Martinas, Sandino. Wil Campa nació con el don de la música, el mismo que le ha permitido transitar, sin muchos estudios académicos, desde un pequeño e intrincado pueblo pinareño hasta exigentes escenarios de Latinoamérica y Europa.
Sobre todo, su paso por la orquesta Maraca y Otra Visión lo consagró como intérprete, capaz de pasearse con soltura, lo mismo en el jazz latino que en la timba, y de compartir escenario con grandes figuras como Wynton Marsalis, Natalie Cole, José Alberto El Canario, Omara Portuondo e Ibrahim Ferrer.
Pero, él quería más; quería su propia orquesta. Y lo consiguió en 2005 con la creación de La Gran Unión, una de las agrupaciones más populares de la escena musical cubana hoy.
“Más que una orquesta, quería un espectáculo, tomar de sorpresa al público con el movimiento coreográfico en escena, cuidar la imagen de los músicos desde el vestuario hasta las luces, crear una estética diferente”, contó el artista.
A la vuelta de 20 años, esa espectacularidad de sus conciertos forma parte de los principales atractivos del grupo. También está el repertorio, unas veces apegado a las fórmulas tradicionales de la música popular bailable y, otras, abierto a la fusión con ritmos caribeños.
Según rememora Campa, “al inicio hacíamos solo timba, pero después que pegamos Que me quiten lo bailao, me di cuenta de que ahí había un gol, entonces me di a la tarea de incorporar varios estilos de música del Caribe. No falta la timba, el son, un chachachá, un bolero…. Es una orquesta bien versátil”.
Luego de un año de presentaciones en casi todas las provincias del país, incluida la nuestra, el carismático artista comienza 2025 completamente enfocado en la música, de acuerdo con sus propias palabras.
“Hay que regalar alegría en estos tiempos difíciles”, asegura.
La gran novedad de este año vendría siendo la culminación de su quinta producción discográfica con La Gran Unión. Según precisó, la placa saldrá firmada por el sello Egrem, y debe estar lista para mediados de año.
“Ya tenemos cinco temas grabados, faltan otros seis, todos de mi autoría y con los arreglos y la producción musical de Andy Calzadilla. Estoy feliz con lo que va saliendo, será un disco bien timbero, para bailar casino en pareja. A pesar de que en Cuba se haya perdido un poco esa tradición, hay escenarios internacionales ávidos de ese tipo de música”, explicó.
Aún sin título, el nuevo disco llegará unos tres años después del lanzamiento de Zapato Nuevo, un fonograma también publicado por Egrem y que consiguió posicionarse en diferentes medios y plataformas digitales, a pesar de las limitaciones impuestas por la pandemia de Covid-19.
¿Dónde está el secreto de la popularidad?, preguntamos vía WhatsApp. Y su respuesta apuntó a dos elementos fundamentales: respeto al público y disciplina.
“Ensayamos mucho. En los últimos tiempos han entrado nuevos músicos y a todo el que llega le pedimos lo mismo: disciplina. Pienso que también es importante pensar en el público a la hora de elegir el repertorio y mantener el concepto de espectáculo que hemos defendido.
“Estoy feliz de los músicos que me rodean ahora mismo, me quieren mucho y yo sin ellos no puedo hacer nada, somos una hermandad”, concluyó.