Cuba conmemora el aniversario 30 de la culminación de la Operación Carlota, ayuda militar internacionalista prestada por la Isla a la República Popular de Angola para el logro de su independencia. El 25 de mayo de 1991 regresaron los últimos 500 militares cubanos que permanecían en esa nación africana.
Conversar con uno de sus protagonistas nos da la dimensión de la valentía, el humanismo y el desinterés de aquellos cubanos que no vacilaron en acudir a tan importante misión internacionalista.
“Teníamos poco más de 20 años, muy jóvenes pero desde el primer momento aquilatamos la importancia que tenía la misión de ayudar a otro país hermano a conquistar primero y a preservar después su independencia.
“Los años transcurridos no han podido borrar de mi mente todo aquel acontecer que durante casi tres años hube de experimentar en esa tierra de la hermana República Popular de Angola”.
La conversación con Wilfredo Casado Díaz es fluida y llena de emociones, sus recuerdos aparecen como si los estuviera viviendo ahora mismo.
“Diariamente había momentos de confrontación con el enemigo en caravanas, en la toma de bases, en emboscadas. De todas formas hay anécdotas que se niegan a abandonar nuestra mente por lo dolorosas y lamentables que son.
“Recuerdo específicamente en el campamento de Catabola una misión católica abandonada donde recibimos un grupo de angoleños rescatados de la UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) y dentro de ellos venía una niña de aproximadamente cinco años. Cuando fuimos a ofrecerle alimentos ella estiró su bracito, pero lo tenía colgando porque había sufrido una herida en la toma de la base por los mercenarios.
“La llevamos a Cuito Bie donde se le amputó el bracito. Estaba sin llorar, resignada a lo que le pasaba. Tomó el alimento con la otra mano y comió: eso me impacto mucho”.
Se quita la gorra, se pasa la mano por la frente, me mira y presiento que algo significativo está por decir.
“Otro momento conmovedor fue cuando recibimos la noticia de dónde podía estar Leonides Blanco González, imagínate sanjuanero, nos habíamos encontrado en ocasiones en Angola.
“Leonides estaba de profesor de los soldados angoleños. Cuando llegamos a la escuela en la zona de Huambo estaba arrasada y nunca apareció su cuerpo. Esto me lacera cuando cada siete de diciembre recordamos a todos los caídos en ese hermano país”.
Aún cuando en mi labor de periodista en muchas ocasiones tuve que reseñar la historia revolucionaria de Leonides este recuerdo me impresionó.
Al recordarle a Casado Díaz que este 25 de mayo se cumplen 30 años del regreso de los últimos combatientes cubanos de Angola sus reflexiones me ayudan a profundizar en su estirpe revolucionaria.
“Como combatiente me he sentido orgulloso y agradecido porque hayan pensado en nosotros para cumplir una misión tan honrosa. El único mérito que tenemos es ese, no tenemos privilegio, no tenemos nada. Si tenemos algún privilegio es haber cumplido en una etapa tan gloriosa como fue el internacionalismo, con la Patria, con la liberación de un pueblo y la preservación de su libertad”.
Quedaron muchos recuerdos que Wilfredo se quedó con ellos para otra ocasión pero sin dudas sus experiencias sirven de homenaje a tan importante acontecimiento histórico.
Desde 1993 Ulises, como también lo conocen en San Juan y Martínez, es el presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en el municipio.