Desde la información oportuna en la Mesa redonda de la televisión cubana, en la que participaron Marino Murillo y Alejandro Gil para comparecer sobre la llamada Tarea Ordenamiento, mucho se había especulado sobre el tema.
Las conjeturas, especulaciones y hasta noticias y rumores falsos no se hicieron esperar sobre el tan ansiado y necesario día cero.
A raíz del imaginario popular se corrieron varias veces las voces de “ahí viene el lobo” porque “mi amiguita que trabaja en la Oficoda me dijo que…” o “a mi tía que es subdirectora de Finanzas le dijeron…”.
En fin, que el lobo al final llegó. El ansiado día cero ya tiene fecha como anunció en carácter oficial el presidente Miguel Díaz-Canel: el corojo se rompe el primero de enero de 2021.
Algo a destacar es que no creo se haya escogido al azar esta fecha tan significativa para todos los habitantes de la isla, pues esta medida de carácter popular hará brillar más el triunfante aniversario 63 de nuestra Revolución socialista.
Como diría el refrán: “Año nuevo, vida nueva”. Y no es menos cierto, pues en medio de tantos escenarios desfavorables para el pueblo cubano, esta medida que beneficiará a todos no podía llegar en mejor momento.
Sí, es cierto, como ya se ha expresado en varios escenarios, esto no constituye por sí mismo la solución mágica a los problemas presentes en nuestra economía.Sin embargo, favorecerá la creación de las condiciones necesarias para avanzar de manera más sólida y segura hacia el estado que todos queremos y anhelamos.
Como dijera nuestro presidente: “la Tarea Ordenamiento pondrá al país en mejores condiciones para llevar a cabo las transformaciones que demanda la actualización de nuestro modelo económico y social sobre la base de garantizar a todos los cubanos mayor igualdad de oportunidades, derechos y justicia social, la cual será posible no mediante el igualitarismo, sino promoviendo el interés y la motivación por el trabajo”.
Algo importante es que un gran por ciento de alimentos y bienes y servicios permanecerán con los precios actuales, unos con el objetivo de que nuestro pueblo tenga mayor capacidad de compra y adquisición en la red de establecimientos estatales, y otros para beneficiar mediante subsidios a los sectores más desprotegidos.
En este sentido, las máximas autoridades afirmaron que no se permitirá el aumento excesivo de precios y se controlará la posible inflación que ocurra más allá de lo programado, y que se será implacable con aquellos que lo violen.
Otro asunto a mencionar es el relacionado a las pensiones concedidas por el Régimen General de Seguridad Social, las que se incrementan en correspondencia con una escala, que va de 1 528 pesos (para aquellos que cobren actualmente entre 280 y hasta 300) a 1 733 para quienes reciban de 446 a 500 pesos; por último, se aplicará un incremento de 1 528 a aquellas pensiones superiores a 501 pesos mensuales.
Un último aspecto que debe primar también dentro del nuevo año es la necesidad de que nuestra empresa estatal socialista finalmente eche raíces y haga prosperar la economía.
Creo que todos los cambios anunciados (publicados en la Gaceta Oficial de la República de Cuba en sus números 68 y 69) son para bien. Bienvenidos sean.
Solo nos queda esperar y trabajar para que los posibles traumas inflacionarios sean leves y que nuestras empresas, como decía anteriormente, aprendan rápido a ser eficientes en las nuevas condiciones.
Creo que es un buen momento para que en realidad nos dediquemos a construir un socialismo próspero y sostenible, después de décadas de acumular desgastes y dolores.
Es un buen momento para cerrar las bocas y las ideas nocivas y contraproducentes, y que estos cambios futuros ayuden de cierta manera a limpiar el ambiente político imperante.
Es momento para reparar las posibles injusticias cometidas en el pasado, pero sobretodo, el nuevo año será el de emprender, de hacer empresas y de revalorizar nuestra economía.