La sala infantil juvenil de la biblioteca provincial Ramón González Coro, retomó el espacio «Literatura en Vivo», pensado desde la necesidad de propiciar diálogos entre los escritores pinareños y sus lectores, ya que aún queda mucho por hacer en cuanto a la promoción del hábito de lectura.
La biblioteca se enorgullece de mantener esta propuesta cada tercer martes del mes a las 2:00 pm, pese a que factores externos como la Covid-19, hayan impedido realizarlo durante casi todo el año.
«Fue como una palmada en el hombro; la confirmación de que estaba en el camino que quería», dijo Yanetsy Ariste, nuestra protagonista de hoy, cuando le pregunté, qué sintió ante su primera publicación.
Sus primeros pasos fueron en el taller literario Mario Benedetti de la Casa de Cultura. Con ediciones Loynaz tiene dos libros: Estaciones (poesía para adultos, Premio José Álvarez Baragaño) y El caballero y la novia retrato (cuento infantil, Premio Chicuelo). Con la editorial panameña D Mc Pherson tiene otro libro titulado A contar te enseño, y además ha participado en antologías de las editoriales Diversidad Literaria (España), Shushikuikat (El Salvador) y la Fundación Memoria Cultural (Estados Unidos).
En los últimos tiempos a tono con la migración forzada hacia la web, ha tenido la oportunidad de difundir su obra poética en revistas literarias como Monolito (México), Ikaro (Costa Rica), Aullido (España), Ablucionistas (México), etc.
“Escribir para los niños es una inspiración que nace del propio amor hacia ellos, además de que es divertido y aleccionador”, nos dice.
“El taller Grabadwon, aquí en la ciudad pinareña y el espacio dedicado al público infantil de la pasada feria del libro han sido espacios de intercambio con la grey infantil. Le gusta leerles a los niños e ir apreciando sus gestos. Ellos son los mejores críticos, los más honestos”, confiesa.
Como licenciada en Historia del Arte en la Universidad de La Habana, cultiva el ensayo y la crítica, y fue jurado este año del salón Arte Joven, convocado por la AHS en Pinar del Río.
Su instrucción la ha llevado a ejercer el periodismo y a descubrir otros géneros como la crónica, el reportaje, la entrevista, el comentario, que vinculados a la literatura pueden colorearse mejor, afirma.
Al lenguaje periodístico le pone su dosis literaria y el periodismo hace que vea la literatura también desde la investigación.
Además de escritora, periodista y crítica de arte, Yanetsy es madre, un oficio reconfortante y difícil a la vez. Durante esta pandemia, su esfuerzo ha sido triple. Hasta no dejar listas las tareas del hogar, cumplir con su trabajo como periodista y dormir a su niña, no se dispone a escribir.
Según Yanetsy Ariste, no acude a la literatura por inspiración, sino por oficio, porque la inspiración es escurridiza y hay que atraerla, invocarla, amansarla.
Se caracteriza por ser una persona inconforme en saberes: siempre buscando, perdida en múltiples senderos hacia el futuro. De ahí que su aspiración es legar una obra que trascienda.
«No soy una u otra, soy todas las profesiones que he escogido porque de todas bebo y me nutren».