Dijo Federico García Lorca que el teatro es poesía que sale del libro para hacerse humana. Precisamente entre figuras retóricas y un discurso poético que en nada empaña el entendimiento, pretende Teatro Rumbo seducir al público de Pinar del Río próximamente.
Bajo la dirección general de Jorge Luis Lugo, y con la dirección artística de Aliocha Pérez, el actor Yasey Muñoz le da vida a Yo, Judas, un monólogo de la autoría de la dramaturga cubana Gloria Maité Hernández Domenech.
“No conocía el texto, me acerqué a través del actor que va a asumir el personaje, pues ya lo había interpretado en una primera versión en 2012 y ahora sintió necesidad de regresar a él. Entonces empecé a estudiar y a valorar la obra, a establecer conexiones con la actualidad. Así surgió esta versión”, comenta Aliocha.
Aunque el personaje de Judas está basado en las escrituras bíblicas y ha sido históricamente considerado símbolo de la traición, en este caso se presenta más como una víctima que fue utilizada para cometer un acto como el de entregar a Jesús a su calvario, y además intenta desmentir todos los esquemas valorativos con los que carga el personaje. Relata, en primera persona, otra visión, otra perspectiva de la historia.
Para este joven director, la funcionalidad del texto radica en buscar conexiones con la actualidad y cómo no debe ser entendido de manera unilateral, sino desde varias aristas, de manera más circular y panorámica para poder comprender, juzgar.
“Ahí radica lo que quiero potenciar desde la puesta, y escénicamente hablando Yasey Muñoz es un actor que tiene una formación bastante particular, pues confía mucho en el trabajo físico, la gestualidad. Desde ahí estamos tratando de hacer una pieza que recurra a un teatro más ritual que se regodee con la imagen, para de esa manera generar una experiencia sensorial con el público.
“A pesar de que literariamente hablando es bastante poético y con muchas figuras retóricas sin llegar a ser sumamente encriptado, quiero que descanse en la visualidad, en lo que el actor sea capaz de trasmitir con su cuerpo, con sus gestos, con su silencio o sus desplazamientos”.
A Yasey Muñoz el papel de Judas lo atrapó desde la primera lectura. Confiesa que es uno de los pocos personajes con los que ha tenido una conexión casi instantánea.
“Desde el punto de vista humano me identifico con él, me baso en la idea de que todos somos traidores, todo el mundo traiciona algo o a alguien, de una forma u otra en algún momento de la vida. La obra tiene una carga dramática bastante fuerte. Está hecha exprofeso para decir cosas duras, ser despectivo con ese público que está pagando para ir a verte. Imagina que te tachen de traidor por algo en lo que crees”.
Agrega Yasey que la preparación para un personaje como este ha sido complicada, sobre todo la parte sicológica, más cuando tiene que actuar solo en el escenario donde no influye en él la reacción de otro actor.
“Me gusta trabajar desde dentro. Siempre me he basado en algo que me enseñó Reinaldo León y que decía Antonin Artaud, y es que uno tiene que sacar los demonios que lleva dentro. No hay un artista que no los tenga, sería un artista vacío”.
Con la asesoría de Jorge Luis Lugo en la parte de la interpretación y los retos que encierra para el actor y para la puesta en sí, asegura Aliocha que la experiencia ha sido enriquecedora y esperan que muy pronto se pueda compartir con los pinareños. Desde ya, la invitación está hecha.