Hay muchas razones por las que el mes de abril se recibe con agrado. El cuarto mes del año insinúa que la tierra abre sus puertas a la primavera y, con ello, las flores se preparan para ofrecer su mejor versión. Pero abril es más que eso, representa un mes que tiene una identificación especial con la literatura, en el que grandes personalidades de este campo coincidieron en nacer, morir o escribir obras que han trascendido por sus valores universales.
Este abril de 2023, El Principito ha cumplido 80 años (la edad de mi abuelo, con apenas una diferencia de meses), luego de que se publicara por primera vez el seis de abril de 1943, justo un año antes de que su autor, el gran escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, desapareció a bordo de un avión de guerra. El Principito es una de las obras más emblemáticas de la literatura francesa.
Esta novela, más bien corta, ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo con su sencillez, su poesía y su profundo mensaje sobre la amistad, el amor y la vida misma. Aunque han pasado ocho décadas desde su creación, el libro sigue siendo tan relevante y conmovedor como el día en que se publicó.
Para muchos, resulta el texto que leeríamos miles de veces más porque sabemos que en cada lectura habrá un nuevo mensaje a favor de los más sensibles valores humanos. En mi librero, este libro (pequeñito y grande a la vez, de hojas amarillentas) encabeza la lista de mis preferidos, de los que guardo con dedicación y recelo para que mis hijos, mis nietos y bisnietos, y todos los niños de mi familia, se lo lean algún día.
En honor a su autor y al Principito, creo que, en este, su 80 cumpleaños, amerita compartir el porqué este libro no envejece ni se queda callado en ningún rincón del Planeta.
En lo particular, a mí siempre me llamó poderosamente la atención que la historia del Principito comienza justo cuando un piloto de avión se encuentra varado en el desierto del Sahara después de un accidente (me pareció demasiada casualidad, tal vez presagio o cualquiera sabe).
Mientras intenta reparar su avión conoce a un pequeño príncipe que le cuenta sobre su viaje por diferentes planetas y sus encuentros con extrañas criaturas. A medida que el piloto y el príncipe fundan una amistad, el libro nos lleva a un viaje por la imaginación y la filosofía, explora temas como la soledad, la amistad, la muerte y la felicidad.
Una de las cosas más notables de El Principito es su estilo de escritura poética y delicada. Saint-Exupéry utiliza un lenguaje sencillo y accesible, pero al mismo tiempo profundamente evocador y emotivo. A través de su prosa, el autor transmite la belleza y la fragilidad de la vida, así como la importancia de las relaciones humanas y el valor de la imaginación y la creatividad, lo que fue, es y será siempre un reto para la convivencia humana.
Aunque la historia fue escrita originalmente en francés, su mensaje sobre la amistad, el amor y la vida misma es aplicable a cualquier cultura o idioma. El libro ha sido traducido a más de 300 idiomas y dialectos con un éxito total en todo el mundo, por lo cual resulta uno de los más vendidos de todos los tiempos.
Además de su belleza literaria y su mensaje universal, El Principito también ha sido objeto de numerosas interpretaciones y análisis críticos. Algunos han entendido la obra como una alegoría sobre la filosofía existencialista, mientras que otros la han leído como una reflexión sobre el valor de la creatividad y la imaginación en la vida humana.
Sea cual sea la interpretación que se prefiera, lo cierto es que ha dejado una huella profunda en la literatura mundial y ha sido una fuente de inspiración para muchas generaciones de lectores.
Para quienes nos hemos leído El Principito, no tenemos duda alguna de que se trata de una obra maestra de todos los tiempos, que cautiva a los lectores en el Planeta con frases claves como: “Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”; “Eres responsable para siempre de lo que has domesticado”; “Lo que hace importante a la rosa es el tiempo que he dedicado a ella”; entre muchas otras.
Creo que en este momento de crisis de valores, cada vez más aguda, El Principito puede ayudarnos a no perder la percepción de lo que verdaderamente es importante, por lo que la invitación a su lectura es no solo una manera de celebrar su cumpleaños, sino mi regalo por este mes de abril.