Memorial a Los Malagones
A los pies de los mogotes que guardan la Gran Caverna de Santo Tomás, muy cerca del lugar donde se gestó y tuvo su cuartel general la primera patrulla campesina, imbricado en la naturaleza circundante, está el Memorial a Los Malagones.
El viejo Leandro, el jefe del grupo de campesinos milicianos, sin querer puso la primera piedra del monumento, al manifestarle a Fidel que cuando le llegara la muerte quería ser enterrado allí, en aquel sitio que tanto significaba para él en el valle, entre las montañas y el cuartelito que vio nacer a los primeros milicianos.
Al arribar a la comunidad El Moncada un acceso conduce al visitante hasta la casa-museo, antiguo lugar escogido por Núñez Jiménez, devenido cuartel de Los Malagones, donde se muestran fotos y objetos alegóricos y de allí parte el recorrido por el Memorial.
Aparecen los primeros cuatro nichos (de los 12 existentes), colocados en diferentes posiciones para representar una emboscada, con fusiles que salen de las montañas y al avanzar se aprecian los restantes, todos identificados por el mármol verde y gris, en alusión al uniforme usado por estos milicianos y que diseñó Fidel junto a Celia Sánchez.
Detrás una fuente-cascada representa la pureza de los ideales que han caracterizado a la Revolución, y al caer el agua sobre ladrillos rojos honra la sangre derramada por los 549 cubanos que murieron en la lucha contra las bandas en esta etapa. Como detalle singular, el sonido del agua en los diferentes saltos que tiene la fuente, alude a un tableteo de ametralladoras, hasta llegar a un estanque de forma circular, donde 12 chorros en torno a una gran piedra simbolizan a los Malagones y la fortaleza de nuestro proceso revolucionario.
También son 12 los pinos macho que dan su sombra en el trayecto del agua y con la montaña por fondo, se impone la figura de Leandro Rodríguez Malagón, plasmada en una escultura hecha por tres artistas pinareños (Bárbaro Abascal, Reinaldo Reyes y Omar Morales) a partir de una foto de Raúl Corrales, tomada en octubre de 1959, tras haber cumplido la misión encomendada por Fidel.
La escultura, combinación de hormigón y ferro-cemento, hueca por dentro, tiene un peso aproximado de 114 toneladas y una altura de 9,60 metros, con 4,57 de ancho, y se muestra sobre un pedestal de hormigón armado de 3,15 metros de largo, por dos de ancho y 3,15 de altura; su altura total es de 12,60 metros desde el nivel del piso, a la punta del fusil.
A su derecha un mural a relieve, también de hormigón, refleja la evolución de las milicias desde su creación con los 12 primeros campesinos, los combates en Playa Girón, la lucha contra bandidos y las misiones internacionalistas.
Con letras de bronce sobre losas de mármol verde y gris una tarja recoge la histórica frase de Fidel: “Malagón, si ustedes triunfan habrá milicias en Cuba.”
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